Borrar
Urgente Ford Almussafes fabricará un nuevo modelo hasta que lleguen los vehículos eléctricos
¿Le debemos dinero a Trump?

¿Le debemos dinero a Trump?

INOCENCIO F. ARIAS DIPLOMÁTICO

Lunes, 27 de marzo 2017, 23:58

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Terminada la no muy cálida entrevista entre Trump y la canciller alemana Merkel, el presidente americano, en una de sus ocurrencias, manifestó que Alemania debe dinero a Estados Unidos por los gastos que Washington ha realizado a lo largo de los años para defender a Alemania. No sería raro que tarde o temprano suelte que todos los europeos o todos sus aliados están económicamente endeudados con él por habernos protegido de la Unión Soviética en la época en que Stalin quería engullirse a media Europa.

El comentario trumpiano ha producido estupor y alguna chanza. Estados Unidos nos protegía porque le interesaba; era, además, el único capaz de frenar a los soviéticos y no se estipuló en ningún momento que su cobertura tendría una contraprestación económica. La declaración, per se, es un disparate. Ahora bien, los que se ríen del lenguaraz presidente olvidan algo esencial: detrás de la impertinencia se oculta una convicción no sólo de Trump y de Obama sino de toda la clase política de Estados Unidos. Me refiero al convencimiento de que el líder del mundo occidental pone el dinero y los muertos cuando hay una contienda que afecta, en una u otra medida, a los occidentales mientras que los europeos racanean a la hora de arrimar el hombro económico (por no hablar de los efectivos humanos).

Las cifras cantan: los aliados de la OTAN se comprometieron en el 2006 y lo refrendaron en 2014 a gastar un 2% de su PNB en defensa. Sólo 5 de los 28 integrantes de la Alianza cumplen: Estados Unidos, Gran Bretaña, Polonia, Grecia y Estonia. Los otros miran para otra parte y prometen que lo conseguirán antes del 2024. No es raro que el Secretario de Defensa de Estados Unidos avisara ya hace un mes que su país no puede preocuparse de la seguridad de los jóvenes europeos más de lo que se preocupa Europa. Olvidarse del tema, añadió, implica «una falta de respeto hacia nosotros, hacia la Alianza y hacia las libertades que hemos heredado». Personalmente, pienso que no estaba desbarrando.

Desmenuzando las cifras, la irritación estadounidense es comprensible. Washington realiza el 68% de los gastos de defensa de los aliados occidentales mientras que su riqueza representa el 45'9% de la conjunta de los miembros del grupo.

Al examinar la conducta de los diversos países, cualquier contribuyente estadounidense se puede pasmar. La muy rica Alemania, con un superávit comercial enorme con Estados Unidos, se queda muy lejos del 2%. Sólo llega al 1'2. Francia alcanza al 1'79 y España, aunque seamos menos afluentes y no tengamos superavit con Estados Unidos, hace un papelón: Empleamos un modesto 0'9%. Ni siquiera la mitad de lo que deberíamos aportar. Un porcentaje que haría sulfurar a más de un contribuyente yanqui.

Por supuesto que todos los rezagados hicieron la promesa de ir actualizando las cifras y ponerse a la altura debida dentro de unos siete años. Ahora bien, como escribirá puntualmente la Embajada de Estados Unidos en Madrid a su gobierno, ¿quién se puede creer que un Gobierno español vaya a renunciar a ampliar hospitales o que se ponga a congelar pensiones, reducir las becas, no llevar el AVE a una ciudad a que se le prometió hace diez años, cualquiera de esas cosas u otras, porque va a aumentar muy sensiblemente el gasto militar?

No hay partido político español que se embarque en esa aventura, entre otras razones porque la mayor parte de las formaciones políticas restantes encontrarían un filón para acribillar al Gobierno dado el 'pacifismo beatífico' que invade a nuestra población. Haría falta que tuviéramos a las hordas del ISIS a veinte kilómetros de Granada para que la gente se despertara y se diera cuenta de que la defensa, dentro de un orden, es algo absolutamente necesario.

En Estados Unidos, ya hubo un toque de atención cuando hace años un grupo de sus marines pereció y uno de ellos fue arrastrado por las calles de Somalia. Washington no estaba lanzado en una misión imperialista sino tratando de proteger la ayuda humanitaria, comida, medicinas, que se enviaba a colectividades hambrientas de aquel país africano. Ya hubo comentarios en la prensa yanqui preguntándose por qué en misiones colectivas bendecidas por la ONU eran los americanos los que tenían que dar la cara y perder vidas.

La actitud cicatera de Europa arranca no sólo de ese extendido pacifismo -recordemos que un ministro de Defensa español dijo que él prefería morir que matar, lo que suena muy bonito, pero ¿en cualquier circunstancia?- sino también de la idea extendida de que los americanos están empeñados en la defensa de situaciones que a nosotros ni nos van ni nos vienen. La idea es errónea, en muchos momentos sí nos van. Pensemos en la amenaza yihadista, ¿afecta sólo a Estados Unidos? Tenemos mil pruebas de que no.

Mattis, el secretario de Defensa estadounidense, comentó que «el contribuyente de Estados Unidos no puede seguir haciendo frente de forma desproporcionada a la defensa de los valores occidentales». Lo encuentro comprensible.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios