Sin miedo a perder

Esta legislatura es singular porque ha concluido el bipartidismo imperfecto que había regido desde las primeras elecciones democráticas. Nunca antes la mayoría del principal partido había sido tan exigua ni hay precedentes desde 1979 de que el Gobierno viera derogado un decreto-ley por falta de apoyos. Al Gobierno de Rajoy le ha costado aclimatarse a esta situación, que favorece la revisión de las principales leyes que el PP sacó adelante en la anterior legislatura y que obliga al Ejecutivo a buscar apoyos específicos para cada iniciativa porque ni siquiera el apoyo de Ciudadanos es suficiente. Sin embargo, Rajoy y su equipo ya afrontan la situación con naturalidad: la estabilidad es un valor y el electorado toma nota de los esfuerzos de unos y otros por conseguirla. Los Presupuestos serán la prueba de fuego. El proyecto se aprobará el viernes y Rajoy ha optado por intentar su tramitación parlamentaria. Si la logra, la legislatura se habrá encarrilado; en caso contrario, las elecciones anticipadas estarán más cerca. Rajoy sostiene, y probablemente acierte, que los dos escenarios favorecen al PP.