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Urgente Manifestación de bomberos forestales en Valencia
Una de las mascletaes en la plaza del Ayuntamiento. :: efe
CARIÑO, POTENCIA  Y MASCLETAES

CARIÑO, POTENCIA Y MASCLETAES

Los profesionales han ofrecido disparos más fuertes y modernos, con más fuego digitalizado

MIKEL PAGOLA ERVITI

Sábado, 25 de marzo 2017, 00:13

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L as mascletaes de estas Fallas han tenido un significativo aumento de nivel. Nivel general, sonoro y de fuego digitalizado. En cuanto al primer tema sucede que le ha salido bien la jugada a Pere Fuset con el justo y necesario incremento presupuestario, por segundo año, de otros quinientos euros más por cada disparo, hasta llegar ahora a los 5.000 IVA incluido.

Las mascletaes, a pesar de todo lo que arrastran como auténtica columna vertebral de la fiesta (festivo-culturalmente, como hito social y como dinamización económica del centro), han estado siempre infrapagadas. Ahora, intentando enmendar de forma escalonada ese desajuste histórico, al presidente de la Junta Central Fallera le ha ocurrido que ha dado un poco de cariño y lo ha recibido doble. Él mismo se sorprendía. El sector pirotécnico, inmerso en una fuerte crisis propia, además de la general, ha sido agradecido. Los polvoristas, animados al cobrar un poco más, han echado el resto, ofreciendo mascletaes al alza, sonoramente más fuertes y más modernas, con más fuego digitalizado.

Pero esto, a su vez, tiene doble cara, claro: el aumento del nivel sonoro, cuando llega a ser excesivo y molesto, incomoda y sobra. En las mascletaes se persigue domar la pólvora, orquestar las explosiones, transmutar el ruido en arte; no avasallar. La potencia, consustancial a la pirotecnia, es un recurso, no el fin.

El daño al oído no debe producirse, los finales no deberían ser molestos como ha ocurrido en más casos que nunca este año. Más vale pasarse de barroquismo y digitalizaciones, reconvirtiendo, por ejemplo, los clásicos inicios aéreos en verdaderos espectáculos pirodigitales, como está pasando, quemando más material ahí y en los megafinales que ya obvian el bombardeo tradicional, directamente, para ofrecer largas y apabullantes rúbricas. El público aprecia más, incluso, estos impresionantes trabajos de complejo fuego secuenciado por ordenador, que el ruido por el ruido.

En este sentido, me doy por satisfecho aunque signifique que el espectáculo que llamamos mascletà esté mutando. Los derroteros que ha tomado más que nunca este año hacen que hablemos, más bien, de disparos basados en una mascletà. Por ello, ya que el público gusta y demanda fuegos tan profusamente móviles, secuenciales y, a la postre actuales, pido que, al menos, todos los pirotécnicos respeten y recuperen con cariño el cuerpo de la mascletà de cuerdas.

Y me congratula que parece que las cosas van por ahí al haber podido apreciar estos días muchos terremotos naturales y mecanizados: siguiendo el orden norte-sur y conectados con mecha al final de la última retención. Ya que la imparable digitalización, como digo, arrasa con inicios y finales, desdibujando la mascletá habitual al convertirla en algo más contemporáneo (cosa que, por cierto, veo lógica), sí abogo enérgicamente por que la parte central se mantenga invariable y por que recupere su esencia técnica (de interconexión) y su complicación formal (de autoencendido de unas partes con otras).

La técnica, la electrificación, debe usarse como dispositivo de seguridad, para evitar, por todos los medios que quede material sin disparar como ocurrió el lunes 6 al sobrevivir a la quema parte del final terrestre. El hecho de darle fuego a mano al terremoto es muy bonito para la tele, sí, pero innecesario, antiguo y arriesgado en plena plaza del Ayuntamiento de Valencia en 2017. El día en que por ello le pase algo a un pirotécnico, el resto del sector sufrirá las consecuencias. Y sería un suicidio para el propio espectáculo, tanto o más como, por ejemplo, moverlo de ubicación, cosa que, me consta y alegra, no está actualmente en ninguna quiniela municipal.

La plaza del Ayuntamiento, 'catedral del fuego' diurno, fabulosa caja de resonancia y 'bombonera' de la pólvora, aunque hipoteque urbanísticamente, que lo hace, el corazón de la ciudad, es irremplazable como céntrico, propio, y hermoso escenario de la mascletà, por muchas razones. Otro cantar es el río para los castillos. cosa que dejo para un próximo capítulo.

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