Que te den, papá
Me conocéis, no peco de conservador, pero prefiero dejar que cada cual decida con quién celebra el día del padre antes que prohibirlo
ESTEBAN GONZÁLEZ PONS
Lunes, 20 de marzo 2017, 01:36
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ESTEBAN GONZÁLEZ PONS
Lunes, 20 de marzo 2017, 01:36
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La Consellería de Educación de la Generalitat Valenciana valora suprimir el día del padre. Creo que es por nuestro bien. De los autores de 'Loca cabalgata de reinas magas' y 'Fuera crucifijos del tanatorio', llega: 'Que te den, papá'. La idea responde a la supuesta ofensa que reciben los nuevos modelos de convivencia doméstica por el mero señalamiento de una fiesta que agasaja a los ascendientes masculinos. Se supone que, como los varones adultos heterosexuales ya no somos necesarios para que exista tribu, dado que nuestro rol es prescindible, conmemorar el día del padre redunda en algún tipo de excrecencia o residuo machista, recuerdo de cierto paradigma autoritario, atávico e insoportable. Proponen sustituirlo por el día del parentesco, del progenitor B, de la actual pareja de mami, de la butifarra catalana o del teléfono móvil, aún no lo han decidido.
Hay muchas familias en que una madre sola ejerce también de padre, conozco alguna de cerca, o que disfrutan de dos papás o dos mamás. Y niños acogidos que no tienen mamá ni papá. Ninguna está excluida del día del padre, en que no se trata de establecer la normalidad social sino de tener un detalle afectivo con los pasmados padres de este tiempo maniqueo. Cada hogar contiene su propio universo, de eso se trata. «Tú eres mi súperpapá», es la frase que muchos seres humanos estamos esperando escuchar cada 19 de marzo, con independencia de nuestro género o preferencia sexual. ¿Quién no conoce a su alrededor el caso de un padre que renuncia a su carrera por no alejarse de su hijo, de un hijo que actúa de padre de su anciano padre o de otro hijo que escoge padre, aunque no sea el biológico? Es el día del cariño hacia ese grandullón al que le cuesta más expresar sus emociones que a mamá, que llora con lágrimas hacia adentro al ver cómo nos hacemos mayores, que entra a darnos el beso de buenas noches cuando ya estamos dormidos y que se quita el pan de la boca si se lo pedimos. ¿Tanto molesta?
Mi padre tiene 80 años y ayer agradeció que sus cuatro hijos, seis si contamos también a las hijas de su mujer que crecieron a su lado, nos acordásemos de decirle cuánto le queremos. ¿Hace falta hurtarle esa satisfacción? Me conocéis, no peco de conservador, pero prefiero dejar que cada cual decida con quién celebra el día del padre antes que prohibirlo. Desde que cayó el comunismo, nadie en Europa había vuelto a ordenar a las personas un modo correcto de pensar y sentir. En Corea del Norte, sí.
No soy gay, que yo sepa, pero honro su día del orgullo. No soy mujer trabajadora, pero me solidarizo con su jornada. ¿Qué decir del día de los enamorados? ¿Por qué todos pueden tener su fecha homenaje menos los papás? ¿Dios mío, qué les hemos hecho a esta gente los hombres de mediana edad? ¿He escrito Dios con mayúscula? Joder, ya la he cagado, ahora vendrán a por mí. Tic, tac.
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