CONVIVENCIA EN FALLAS
JOSÉ-ANTONIO BURRIEL
Lunes, 6 de marzo 2017, 23:56
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JOSÉ-ANTONIO BURRIEL
Lunes, 6 de marzo 2017, 23:56
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El Ayuntamiento en Valencia ha dado a conocer un Decálogo de Convivencia en Fallas. Dicho de otro modo, ha recordado a todos los ciudadanos la necesidad de impulsar valores como la educación, el respeto a los demás, la higiene y limpieza, etcétera. Es decir, promover el buen comportamiento de un ciudadano, esté o no esté en fiestas. Se trata de recomendaciones muy oportunas ante unos días en los que vendrán a la capital miles de visitantes; ante unos días en los que algunos ciudadanos piensan que pueden hacer lo que en cada momento les venga en gana.
Ahí van algunos ejemplos: cuidar el entorno y el mobiliario urbano y evitar ensuciar la vía pública; respetar el descanso de los vecinos; usar los petardos con responsabilidad y seguir las indicaciones para su utilización, y hacerlo en los lugares autorizados (que por cierto no son las papeleras, ni los contenedores, aunque en ocasiones lo parezca). También enseñar a los más pequeños el uso de los petardos, por supuesto. Y, como no podía ser menos, prestar máxima atención al consumo de bebidas alcohólicas (y aquí aparece un mensaje que a mí me ha gustado: el alcohol es una opción y no una obligación; algunos piensan que por el mero hecho de estar de fiesta y para que no decaiga la diversión hay que abusar del alcohol).
Otras recomendaciones se refieren a las precauciones para evitar robos, algo frecuente en las aglomeraciones; al uso del transporte público y no del automóvil privado; al cuidado en la compra de alimentos en la vida pública, etcétera.
En definitiva, hay que ser un buen ciudadano y respetar a los demás. Quedan horas para los días grandes de las fiestas. Y como las Fallas son esencialmente una celebración para todos los ciudadanos y se viven en la vía pública, seamos responsables. Si lo somos, disfrutaremos más y ayudaremos a que los demás lo hagan. Ojalá sea así, pues a todos nos vienen muy bien unos días de alegría y música, unos días para olvidarse de preocupaciones, para, como se dice, cargar las pilas.
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