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Una bicicleta es una bicicleta

PEDRO ORTIZ

Lunes, 27 de febrero 2017, 23:48

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Se creían las bicicletas que iban a estar libres de regulación. Los gobiernos que nos gobiernan tienen tantas ganas de entrometerse en todos los aspectos de la vida cotidiana, que hasta circular en bici en Valencia se complica tanto que es aconsejable poner la bici a la venta en internet.

Una bicicleta es una bicicleta como una rosa es una rosa y una guardería es una guardería. Es decir, la bici es un vehículo que debería circular por la calzada destinada a los vehículos. Así ocurre desde que bici es bici, ya en el siglo XIX, antes de que el automóvil naciese: los vehículos por la calzada y los peatones por las aceras, que para estos se construyen las aceras. Ciudad idílica donde unos a otros se respetan incluidos los automovilistas a los ciclistas y los ciclistas a los peatones.

Pero la sencillez, precisamente por su sencillez (el día va hoy de tautologías), no gusta a los políticos, que prefieren complicarlo todo. Hasta las bicicletas tienen ideología y si hace unos años eran cosa de pobres que no tenían para una vespino, hoy es cosa de la izquierda política. El ayuntamiento valenciano, que es más de izquierdas que ningún otro ayuntamiento, lleva su devoción por el carril bici hasta el paroxismo; carril bici por toda la ciudad, carril bici por las aceras y carril bici por la calzada. A costa de otros vehículos y a costa de los peatones, que estos dos deben de ser de derechas.

Algunos expertos se niegan a que se permita algo tan simple como que las bicis circulen por la calzada destinada a los vehículos. Ya se sabe que, como los políticos, hay expertos para todo con casi la misma función: complicar las cosas. Los expertos o así aseguran que no se puede circular por la calzada sin matrícula y sin seguro; matrícula como aquella placa que cada año cambiaba de color hace medio siglo y que había que pagar en los ayuntamientos, aunque entonces una bicicleta era casi un lujo. O un seguro, como si todos los coches llevaran seguro o como si el conductor de una bicicleta no estuviese también obligado a responsabilizarse de sus actos.

Estoy dando excesivas ideas que se interpretarán en sentido contrario, sobre todo si el Ayuntamiento empieza a considerarlas nuevas forma de recaudación: en unos meses toda bicicleta estará obligada a pagar su matrícula y a llevar su seguro en regla y en un año nadie podrá montar en bici en la vía pública si antes no ha aprobado el adecuado permiso de conducir clase ciclista. Ah, y con obligación de pasar la ITV.

Y serán los peatones quienes sufran la estrechez de aceras, el ruido de los maleducados timbrazos y el riesgo de ser atropellado por un vehículo. Porque la bicicleta es un vehículo peligroso para quien lo monta y peligroso para los peatones. Una bicicleta siempre ha sido una bicicleta, aunque ahora se le quieran dar otras connotaciones.

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