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¡QUIETO TODO EL MUNDO!

NACH0 COTINO

Miércoles, 22 de febrero 2017, 23:56

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Hoy hace 36 años de aquella noche en la que España entera contuvo la respiración ante la imagen impactante de un señor con tricornio, pistola en mano, secuestrando a los representantes del pueblo y poniendo en jaque nuestra incipiente democracia. Han cambiado muchas cosas en nuestro país y no parece ni remotamente probable vivir un episodio como ese. Aunque bien mirado y desde la perspectiva futbolera seguro que más de uno vería con buenos ojos un golpe de timón capaz de cambiar el curso de según qué cosas. Porque el inmovilismo que vive el club bajo los auspicios de Lim suscita el enfado de muchos y es que no es de recibo que acabando febrero la propiedad siga sin mover ficha en lo referente a la dirección deportiva y la necesaria reconstrucción de la plantilla para el futuro. A raíz de aquella tarde fría se inmortalizó el «todo el mundo al suelo» pero antes, cuando irrumpieron los golpistas en el Congreso de los Diputados, lo primero que se escuchó entre la perplejidad de los parlamentarios fue un claro «¡Quieto todo el mundo!», que bien podría aplicarse a lo que aquí está sucediendo. Van pasando las semanas y no hay quien le ponga el cascabel al gato, de forma que el futuro valencianista sigue siendo incierto en materia deportiva. Seguimos a la espera de la autoridad competente que venga a poner orden en un momento crucial de la historia de la entidad porque la industria del fútbol sigue avanzando con paso firme mientras aquí andamos perdidos y sin escoger el calzado adecuado para emprender el camino recto. Afortunadamente aquí no está en juego la integridad física de quienes detentan el poder ni se va a escuchar el silbido de las balas, pero sí se respira en el ambiente la necesidad de un cambio que ojalá esté dispuesto a pilotar el propio Lim desde la asunción de un fracaso deportivo evidente, porque si el propietario no es capaz de asumir sus errores va a tener que oír el incómodo ruido de sables y no puede ni imaginar cómo suenan aquí en Valencia cuando las cosas se ponen mal de verdad. Hace hoy 36 años quedó sepultada tras las pesadas cortinas del Congreso la identidad del Elefante Blanco que tendría que liderar el nuevo orden de haber triunfado el golpe. Aquí y ahora todos somos capaces de poner nombres y apellidos a los diferentes elefantes blancos que aguardan el momento para erigirse en salvadores de la patria y bien haría el mandamás del Valencia en tomarse el asunto muy en serio, más que nada para acallar ciertas veleidades golpistas -al fin al cabo todo este relato solo pretende ser un símil aprovechando la coincidencia de la fecha- para rehacer lo que hizo mal desde el principio: devolver al Valencia CF la condición de «grande de Europa» y, de paso, demostrar a aquellos que en su día creyeron en él que no estaban del todo equivocados.

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