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CaixaForum

Ahora hay que arrimar todos el hombre y sacar adelante la Marina, ex de don Juan Carlos

F. P. PUCHE

Domingo, 5 de febrero 2017, 00:15

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Que no. Que no se puede valorar la decisión final de CaixaForum como un «Ribó pierde y Puig gana». Sería corto, excesivamente simple. Porque en este caso, además, no ha habido competición, sino generosa disponibilidad. Que además ha reforzado, po decoro, la urgencia de incluir a Valencia en la lista de ciudades donde existe un centro cultural de la Fundación la Caixa: con dos proposiciones, ambas válidas, era mucho más difícil decir un año más que «lo vamos a estudiar». Si la Caixa es, probablemente, la entidad financiera más implantada en nuestro territorio, la decisión ya era urgente. Y se ha hecho bien al anunciarlo ya: antes de que los valencianos veamos la inauguración del colosal centro cultural de Sevilla, de unos 15 millones de euros de inversión.

Entre la Ciudad de las Ciencias y el Oceanográfico, CaixaForum va a ser, en los próximos años, una pieza decisiva para redoblar el atractivo de ese conjunto por el que se nos identifica y admira en toda España. La Generalitat, que no ha renegado del todo a la rentabilidad de «los eventos», tan denostada por Compromis, ha mostrado una brizna de sensibilidad al renovar el patrocinio de la salida de la Volvo Ocean Race desde Alicante, y al consolidar el valor estratégico de la Ciudad de las Ciencias. A poco calor que la Fundación la Caixa ponga en su proyecto, y es seguro que va a poner mucha, ese fantasma que el Ágora ha sido a causa de la «poca espenta» de los promotores privados valencianos, salvada sea Aguas de Valencia, resucitará para bien.

Y es que de lo que se trata es de perder los complejos, sacudirse los tics y las manías; aceptar, en fin, que uno tiene lo que tiene y ofrece aquello que, tras la crisis económica más salvaje, le ha quedado entre las manos. Y lo que hay -dejen de avergonzarse los del poder- es una magnífica ciudad con un completo muestrario de todas las épocas de nuestra historia, un censo de museos difícil de superar, dos auditorios musicales de nivel internacional y una Ciudad de las Ciencias irrepetible, catálogo completo de un arquitecto famoso en el mundo que va... y nació en Benimàmet.

Basta ya de flagelaciones. Y pongan todos manos a la obra, ahora mismo, para sacar adelante a la Marina, ex de don Juan Carlos. Hay que buscar destino adecuado a los docks y aceptar que el alcalde Ribó tiene razón, al menos, cuando formula la reflexión de que todo, en Valencia, no pueden ser restaurantes, after hours, lounges, bares de copas y terrazas para fumar. Ha de haber más, mucho más. Lo difícil es encontrar el tono adecuado, el sello característico. Que no pudiendo ser 'estilo Vuitton', como quizá quería la alcaldesa Barberá, tampoco podrá ser acentuadamente populachero, como a unos les saldría, ni una prolongación exquisita de la Nau como otros quisieran. Es cuestión de tonalidad. Se necesita, pues, alguien con oído fino. Con estilo, vaya...

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