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TAROCCO ROSSO SPAGNOLA

VICENTE LLADRÓ

Domingo, 22 de enero 2017, 23:49

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La naranja Tarocco Rosso es poco menos que la 'reina' en Italia, y no digamos la procedente de Sicilia, donde cuentan con una IGP (figura similar a la denominación de origen) y el marketing (que tan bien dominan los italianos) fomenta la imagen de que su calidad y su color rojo intenso, casi granate, se debe más o menos a que se cultiva en las faldas del volcán Etna. Así que, si no se cuenta con un volcán cerca, las cosas no pueden ser igual de buenas, ni por gusto ni por color; y con las naranjas Tarocco Rosso mucho menos.

Sin embargo, desde hace unos años, esta variedad, que no está registrada y por tanto es libre, se cultiva también en algunos lugares de la Comunitat Valenciana, y la mayor parte de su producción, que aquí aún es limitada, se exporta a mercados italianos, sobre todo a ciudades del norte, casi tan distantes de Sicilia como de la procedencia valenciana. Y, naturalmente, hablamos de Taroccos de buen calibre, buen sabor y color intenso, como debe ser. Por eso tiene venta en la propia Italia. Aunque sean de sitios sin influencias volcánicas.

Esa presencia de Tarocco Rosso procedente de España en el propio país de origen de la variedad ha motivado la sorpresa y hasta cierta indignación entre citricultores italianos que la cultivan y también entre ciudadanos que sienten una especial predilección por lo de 'casa' y que se extrañan al descubrir que otros pueden hacerlo igual y llevarlo hasta su puerta. El patriotismo naranjero, ni más ni menos, como también abunda en ocasiones por aquí.

Es bien curioso leer los comentarios al respecto divulgados en internet desde Italia, hablando de que es «¡el colmo!» y cuestionando incluso el origen, las formas de cultivo, los costes de producción y hasta si se tratará exactamente de la misma variedad o habría que investigar si será algo transgénico. En definitiva, sorpresa e intensa extrañeza al descubrir que se vende en Italia 'Tarocco Rosso spagnola', hasta el punto de que algunos productores hablan de que deberán espabilarse o dejar de cultivar.

Como puede apreciarse, reacciones más o menos iguales a las que se prodigan por aquí cuando se dan situaciones similares. Nos sorprendemos y hasta algunos se indignan de que fuera hagan guisos que llaman paellas con ingredientes muy diferentes de lo que se entiende por la ortodoxia paellera valenciana. Como si cada cual no pueda guisar y comer lo que le plazca. Y nos desconcierta también que lleguen naranjas importadas que pueden competir aquí con las nuestras, a menudo también de variedades que nacieron aquí o que tenemos por propias. O sea, que al final los comportamientos son parecidos, si no iguales, aunque se expresen en lenguas diferentes, e internet no sirve tanto para conocer más y acercarnos al resto del mundo como para expresar quejas locales y meter ruido: mayormente acaba ejerciendo de gran altavoz de chismorreos vecinales.

Por cierto, que al igual que las Tarocco (la Rosso, la Ippolito y otras) nacieron en Italia, otras 'sanguinas' (naranjas de sangre) son de origen español, incluida la principal de todas, la Sanguinelli, la cual, a pesar de su nombre italianizado, es una variedad que se originó por mutación aquí. De hecho fue en su día una de las naranjas más cultivadas en diversas comarcas valencianas, y sigue habiendo. Como también se produce en Italia, sin que nadie se moleste.

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