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Empleo y temporalidad

El elevado peso de las actividades de temporada explica la dispar evolución mensual del paro, aunque la tendencia anual es positiva

PPLL

Sábado, 3 de diciembre 2016, 00:09

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El final de la campaña turística de verano y el hecho de que todavía no haya comenzado la campaña de ventas de Navidad ha dejado el mes de noviembre con un incremento del paro de 24.800 personas y con la destrucción de 32.800 empleos. El Gobierno atribuye la caída del empleo al fin de la temporada turística, cuyos límites son cada vez más difusos debido al buen tiempo. Pese a todo, el Ministerio de Empleo destaca que el paro continúa en los niveles más bajos de los últimos siete años. Es bien cierto que, si se manejan datos desestacionalizados, la afiliación creció en noviembre en 22.600 trabajadores, con lo que se acumulan 35 meses de incrementos. Y que nuestra economía está creando aproximadamente medio millón de empleos al año. Pero esta contabilidad no oculta la gran dependencia del mercado laboral con respecto a actividades estacionales, especialmente el turismo. De hecho, prácticamente todo el empleo destruido en noviembre proviene de ese sector. De una industria de sol y playa que nos ha sonreído en los últimos tiempos pero que, según los expertos, experimentará próximamente una discreta desaceleración puesto que están recuperando el pulso otros mercados competidores. Esta dependencia del turismo, que genera una demanda de trabajadores de baja cualificación, nos vuelve muy vulnerables y, además, genera empleos de mala calidad. De los 1,7 millones de contratos firmados en noviembre, sólo 88.100 fueron indefinidos a tiempo completo. Lo que no significa que no haya que cultivar con mimo este granero de empleo, pero la evidencia de la relativa fragilidad del mercado turístico demuestra una vez más que el desarrollo español debería basarse sobre todo en el esfuerzo educativo, en la inversión en I+D+i y potenciar la industria, lo que nos proporcionarían un crecimiento mucho más solido, perdurable y potente.

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