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PUNTO Y SEGUIDO

KIKE MATEU

Martes, 1 de noviembre 2016, 23:55

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Regreso de La Coruña dándole vueltas a la cabeza tras lo vivido en Riazor. Durante y después del partido. Como el resto de los mortales, esperaba algo más del Valencia de Prandelli. Tras un buen arranque de proyecto en Gijón y grandes destellos ante el Barça, aspiraba a ver un pasito más hacia delante. «Estoy construyendo. Poco a poco», decía el técnico tras el partido. No sé si parte del aprendizaje es no colocar a Abdennour de lateral cuando su marca sí es jugador específico de banda -en Mestalla el tunecino brilló porque el Barça no juega por fuera- pero seguro que ya lo ha aprendido. Aunque claro, la otra opción era colocar a un lateral a banda cambiada y eso habría supuesto que Cancelo pasara de brillar en ataque a zozobrar en defensa. En su Halloween particular, el técnico italiano tenía que elegir susto o muerte a falta de Gayà. Y eligió susto. Hay que ver lo que condiciona en este equipo una lesión. Como falte un día Parejo nos vamos a reír. Asuntos varios de planificación de plantilla que nada tienen que ver con Prandelli. Al habla el director deportivo.

Luego está lo de Rodrigo, que yo valoro mucho por las cosas buenas que hace, por más que las que hace mal son indiscutibles. El chico se desmarca como ninguno, descarga a las bandas que es un primor, se desgasta en cada partido como el que más y tiene oportunidades de gol que muchas veces se fabrica con sus movimientos. Pero claro, llega la hora de meter la pelotita donde no llega el portero y se canta gol y se rompe la magia. El porcentaje de acierto de Rodrigo es pírrico y es el delantero estrella del Valencia. Titular llueve o nieve. Y, por si alguno se lo pregunta, en Riazor el 'nou nou' a la banqueta de nou. Pero tras sacar a Negredo había que vender a Alcácer porque él lo pidió. Y a Parejo porque lo pidió lo mandaron a galeras. Al habla el director deportivo.

Por lo demás, el Valencia salió de Riazor con un punto que sabe a poco pero con un espíritu en la segunda parte que invita al optimismo. Prandelli les leyó la cartilla en el descanso, salieron con otro talante y después del partido fue públicamente crítico con sus futbolistas. No los mató, pero no los tapó. Como debe ser. Y entiendo muy bien al italiano. Está iniciando la construcción de su proyecto y espera que las reglas básicas del juego no sean negociables; la agresividad para tener la pelota. En Riazor no la vio y se cabreó. La actitud de toda la vida. Me gusta Prandelli. Para mí el gran acierto de Suso. Creo que con tiempo sacará mucho jugo a la actual plantilla. Otra cosa será ver si consigue tapar los claros agujeros que todos vemos; el gol de sus delanteros, el gol en contra cada partido o la ausencia de recambios cuando se cae un jugador como Gayà. Asuntos, suyos en parte, pero en gran medida de un director deportivo que para enero tendrá que hablar.

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