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Jesús Signes
«No tengo familia ni amigos: sólo Dios y yo»

«No tengo familia ni amigos: sólo Dios y yo»

La madre de Steve, migrante de Ghana, no sabe si está vivo o muerto, y él sólo quiere salir del Complejo Educativo de Cheste para encontrar un trabajo y poder comenzar una vida

tEO PEÑARROJA y Juan Antonio Marrahí

Valencia

Lunes, 18 de junio 2018, 19:58

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Steve está de pie a la sombra de un pino. Tiene en la mano una lata de Aquarius. Aquarius, como el barco que lo rescató del Mediterráneo y lo trajo a Valencia. Habla un inglés difícil y chasquea la lengua cuando no sabe responder a una pregunta. Por ejemplo cuando le preguntan dónde está. Él pensaba que era un campus universitario y que estaba en Valencia. No había escuchado hasta ahora la palabra 'Cheste'. «Cheste», repite. «Cheste. ¿Está lejos de Valencia?». Media hora en coche. Chasquea la lengua y pierde la vista un poco más allá del pabellón en el que duermen.

Llega otro de los solicitantes de asilo preguntando: «French?». Steve y sus dos acompañantes, que no han abierto la boca, niegan con la cabeza. Vuelve a chasquear la lengua. «Lo único que tenemos en común es que somos negros», dice. «Y que venimos de sitios difíciles. Pero ni siquiera hablamos todos la misma lengua».

Los dos que están con él también vienen de Ghana, pero se conocieron a bordo del barcucho del que fueron rescatados. «Aquí todos estamos solos», dice. «No tengo familia ni amigos: sólo Dios y yo. Si tengo un problema nadie puede ayudarme».

Su familia no sabe si está vivo. Llamará a su madre cuando consiga un teléfono, un locutorio, una tarjeta prepago o lo que sea. «¿Cuánto cuesta una tarjeta prepago aquí?», se interesa. Echa cuentas cuando recibe una respuesta y chasquea la lengua. «No tengo nada, ¿sabes?», cuenta. «Sólo la bebida que me han dado», dice, levantando su única posesión: el aquarius. «Y aquí no tengo la posibilidad de trabajar ni de ganarme la vida. Estamos esperando a que nos digan a dónde podemos ir, pero aquí sólo matamos el tiempo». Y se va arrastrando los pies y la mirada.

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