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I. D.
Domingo, 22 de octubre 2017, 00:23
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Apostar por una mayor libertad de elección educativa. Fue una de las propuestas que ayer se puso sobre la mesa en el I Congreso Interdiocesano de Educación, organizado conjuntamente por las diócesis de Valencia, Segorbe-Castellón y Orihuela-Alicante, celebrado durante dos días en Valencia y que reunió a cerca de un millar de participantes.
Así, la divulgadora educativa canadiense Catherin L'Ecuyer planteó en su intervención que los padres recuperen el protagonismo como primeros educadores y se preguntó cómo reconciliar la libertad educativa de los padres con la de los colegios, es decir, cómo pueden encontrar las familias un colegio que sea continuación de su hogar. «Sería bueno apostar por una mayor pluralidad educativa», señaló. Mientras, el filósofo Gregorio Luri, que repasó la situación actual de la educación en España, afirmó que la libertad educativa es «imprescindible en una sociedad pluralista».
Por su parte, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que clausuró el encuentro, animó a las escuelas a impulsar la labor social «para recuperar a la persona y el bien común teniendo en cuenta a los pobres, descartados y discapacitados». En este sentido, recordó cómo los colegios diocesanos de Valencia desarrollaron el pasado verano la iniciativa 'Un verano diferente' por la que abrieron sus puertas para atender a los hijos de familias sin recursos.
El purpurado recordó que «evangelizar no es adoctrinar», como si se tratase de vender ideas, sino que es «hacer personas libres». Por ello, insistió en «asumir la historia sin manipular la verdad» e instó a que las nuevas generaciones vuelvan a la escuela de Cristo, «donde se da la paz, el amor y la justicia. Cañizares también hizo mención a la actualidad política, en concreto, a la posible modificación de la Constitución. A su juicio, hay derechos «irrenunciables», como la libertad religiosa.
El encuentro educativo también contó con la participación del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, que planteó el reto del equilibro entre educación personal y comunitaria. «Es necesario conjugar ambas para no caer en una pretensión de singularismo que termina sembrando narcisismo», dijo.
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