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«Tengo una carrera, dos másteres y llevo 15 años vendimiando»

Ángel, un profesor de español de 29 años explica la complicada situación del empleo juvenil

M.G.

Valencia

Sábado, 26 de agosto 2017, 13:22

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«Tengo la carrera de filología clásica y también dos masteres y llevo 15 años yendo a vendimiar», cuenta Ángel, un valenciano de 29 años que ahora es profesor de español para extranjeros en una academia. «Para mí era una manera de ganar algo de dinero. Además no tenía trabajo estable», explica el docente.

La situación de los jóvenes es complicada, cada vez son más los universitarios que no pueden acceder al mercado laboral después de acabar la carrera. «La opción siempre es seguir estudiando, pero eso también implica tener dinero para pagar un curso o un máster, por eso buscas la manera de conseguir dinero para ahorrar y dejar de depender de tus padres», explica Ángel.

Las condiciones que garantiza un contrato para ir a recoger la fruta también son mucho mejores en el país vecino. Tal y como asegura Delia García, Secretaria del Sector Agrario FICAPV de UGT, «los temporeros tienen las prestaciones de la Seguridad Social con los derechos de los trabajadores franceses, además todos los días trabajados se pueden unir a los periodos cotizados a la Seguridad Social en España».

A todas estas condiciones se suma la facilidad para encontrar trabajo. El DNI o el pasaporte son documentos suficientes para poder vendimiar en el sur de Francia. Conocer a los productores es una de las maneras más sencillas y eficientes para acceder a esta oportunidad laboral, algo que resulta más ventajoso para aquellos que llevan varios años acudiendo a trabajar. El caso de Ángel es diferente, ya que su familia tenía campos y conocía de primera mano el trabajo de recogida de uva al que se enfrentaba, desde pequeño ha estado familiarizado con ello. «Muchos años he ido con mi familia y era una experiencia diferente, porque estás más rodeado por tu gente», dice el valenciano.

El trabajo en el campo es duro y no todos los contratos garantizan unas buenas condiciones, aunque son muchos los que están dispuestos a trabajar sin tener ningún tipo de conocimiento ni experiencia agraria para así conseguir recursos con los que seguir adelante. «Vendimiar o trabajar en el campo es una trabajo que obviamente requiere esfuerzo, pero al final del día también es gratificante», afirma

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