Alzira realiza decenas de agujeros en la fachada del edificio de la Casa de la Cultura

Este edificio, construido en el siglo XIX, tuvo un uso docente en sus inicios y actualmente está incluido en el catálogo de Bienes de Relevancia Local de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte.

La Concejalía de Gestión Urbanística del Ayuntamiento de Alzira explicó la pasada semana que estaba llevando a cabo trabajos preventivos en el «emblemático edificio» de la Casa de la Cultura, con el fin de evitar que las palomas ensucien y ocasionen desperfectos en la fachada. Para realizar las tareas se han contratado los servicios a una empresa especializada en este tipo de trabajos en altura y que ha realizado trabajos similares en otras ciudades.

Las acciones preventivas, según explicaron desde el Consistorio, consisten en fijar una red, color piedra de material especial, para evitar que las palomas aniden en los huecos y rincones de la fachada. A continuación se actuará en el claustro para instalar también la red horizontal en las paredes interiores. Al finalizar estas primeras actuaciones se procederá a desmontar, por la parte interior, el falso techo para limpiar toda la superficie y evitar así que vuelven a introducirse en este espacio. Por el momento, las palomas están encontrando espacios en los que seguir estando pero las previsiones del Ayuntamiento son que, a la larga, estos animales no ocuparán este edificio.

Fernando Pascual, concejal alcireño de Gestión Urbanística, aseguró que «estos son unos trabajos necesarios para la conservación del edificio y patrimonio municipal. Debemos ser conscientes de que el mantenimiento de los edificios son una pieza clave para la conservación, a lo largo de los años, sea productiva y, al mismo tiempo, podamos disfrutar de ellos en las mejores condiciones».

Los técnicos que están interviniendo en este proceso explicaron que la colocación de esta red se realiza de la misma manera que se ha hecho en otros muchos edificios de valor histórico en ciudades como Toledo. Afirmaron que el impacto visual de la malla es muy pequeño «y sólo se aprecia cuando estás muy cerca del edificio».

Asimismo, explicaron que no había otra solución y se ha tenido que colocar estos ganchos que, insistieron, no son ajenos a otros muchos edificios históricos en otras ciudades de todo el mundo. En la jornada de ayer se abrió el paso al público después de algunos días en que no se permitió por este motivo. Está previsto que las actuaciones continúen por las diferentes partes de la Casa de la Cultura.