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JOAQUÍN BATISTA
Martes, 30 de mayo 2017, 00:27
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Los estudiantes valencianos de entre 16 y 19 años prefieren ganarse la vida por cuenta ajena o en el sector público antes que crear una empresa o ser autónomos, no acaban de aceptar la opción de instalarse en el extranjero y muestran preferencia por cursar estudios superiores 'clásicos' relacionados con la administración y las finanzas. Son algunas de las conclusiones del estudio 'El futuro laboral de los jóvenes' presentado ayer en Valencia e impulsado por el foro Educa 20.20 con la colaboración de la Fundación AXA y la empresa demoscópica GAD3. Elaborado a nivel nacional, ha contado con la participación de 12.691 estudiantes de Bachillerato y FP, 951 de la Comunitat.
La primera idea interesante es que los títulos profesionales de grado superior dejan atrás ciertos clichés. Al menos en la Comunitat. El 56,8% de los participantes señaló que una vez terminados sus estudios actuales querrían continuar con una carrera universitaria, frente al 62,5% del promedio nacional, mientras que el 32,2% se decantaba por un grado superior de FP, casi siete puntos por encima del dato estatal (25,5%). «Se asume que estos estudios merecen la pena, el dato indica cierto grado de europeísmo y que la FP no es la hermana pequeña de la universidad», dijo Fernando Jáuregui, presidente de Educa 20.20.
En cuanto al futuro laboral, la mayoría quiere trabajar por cuenta ajena, ya sea en una multinacional o una pyme (48% en total), y hay un bloque importante que aspira al sector público (29%). Son opciones muy superiores a las de iniciativa propia, como crear una empresa (13%), ser autónomo (3%) o continuar con el negocio familiar (3%). Hace un año se realizó el mismo estudio con alumnos universitarios, y la respuesta mayoritaria fue bien distinta: ganó el fundar una empresa propia.
Jáuregui destacó que se desprende «poco emprendimiento, aunque algo más que en España», y consideró que las elevadas tasas de alumnos que quieren acabar en el sector público apuntan a que «se busca estabilidad». Coincidió con el director de la Fundación AXA, Josep Alfonso, en que el estudiantado «es conservador aunque esté cada vez más preparado», y puso como ejemplo que sólo el 18% se ve cursando estudios superiores en otro país pese a que puede haber mayor inserción.
El secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, consideró a este respecto que es fundamental que competencias como la innovación o el emprendimiento se inculquen en todas las etapas, aunque desechó la idea de crear una asignatura: «Es lo menos innovador que puede haber», dijo. También alertó de que habría que matizar la opción de trabajar en el sector público: «Puede ser un investigador de una universidad, con unas condiciones bien distintas» al estereotipo general.
Siguiendo con las aspiraciones profesionales, si se distinguen las respuestas de los alumnos de Bachillerato y los de FP se observan variaciones. Aunque sigue ganando la opción de trabajar por cuenta ajena sumando las diferentes opciones, el emplearse en una empresa gana enteros entre los segundos y el dedicarse al sector público entre los primeros. Apenas hay cambios en relación al emprendimiento, con una pequeña ventaja para los de FP.
Si se analizan los datos por titularidad del centro, en los públicos aspiran a trabajar en empresas por cuenta ajena el 46% del total (multinacionales y pymes), un 33% prefiere la administración pública y el 17% la iniciativa propia (crear una empresa, ser autónomo o mantener el negocio familiar). En los privados y concertados el 52% apuesta por la primera opción, el 18% por la segunda y el 26% por la tercera.
Los alumnos de FP, por otro lado, son más optimistas que los de Bachillerato en términos de empleabilidad, pues el 83% considera que la formación que recibe es adecuada para acceder al mercado frente al 59% de los del segundo itinerario.
Por último, en cuanto a las aspiraciones de los encuestados, a la mayoría les gustaría parecerse de mayores a personalidades del mundo de la empresa o a grandes investigadores como Amancio Ortega, Steve Jobs, Bill Gates, Marie Curie, Juan Roig, Elon Musk o Albert Einstein, siendo las cuatro primeras opciones las más reiteradas. Aunque resulta contradictorio con las preferencias laborales al estar vinculados muchos de los nombres al emprendimiento, Jáuregui consideró que el hecho de ser perfiles con un elevado poder adquisitivo ha podido condicionar las respuestas.
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