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Responsables y trabajadores del centro, durante la rueda de prensa de ayer. :: jesús signes
Las Terciarias llevan ante la fiscalía a Mónica Oltra por difundir datos de menores

Las Terciarias llevan ante la fiscalía a Mónica Oltra por difundir datos de menores

Las religiosas inician cuatro procesos judiciales por atentar contra el honor de la plantilla, cerrar el centro y para que regresen los niños

ARTURO CHECA

Viernes, 26 de mayo 2017, 00:42

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Una docena de empleados (educadores, trabajadores sociales, monitores...) en segunda fila. De brazos cruzados, cariacontecidos, con gestos serios y hasta tres entre lágrimas. Delante, ante una mesa, la directora del centro de menores, la coordinadora de estos establecimientos de las Hermanas Terciarias Capuchinas y un educador como representante de los empleados. Todos como una piña y contrarios a «guerras mediáticas y políticas», como subrayó la hermana Regina del Peral. Pero contundentes ante las últimas acusaciones de la vicepresidenta Mónica Oltra y su difusión de datos de menores internados en el centro durante su agria comparecencia en Les Corts.

Hasta cuatro procedimientos judiciales va a poner en marcha la orden religiosa. El primero de ellos, «dar traslado a la fiscalía de la intervención íntegra de Mónica Oltra en Les Corts» para valorar si se han atacado los derechos de los menores o de los trabajadores». En segundo lugar, presentar una demanda contra la misma vicepresidenta por un presunto delito de honor con sus manifestaciones en Les Corts y su «intromisión en el buen nombre del conjunto de los trabajadores del centro». La responsable de las terciarias acusó a Oltra de «lanzar difamaciones con falta de contraste y falta de veracidad».

Junto a estos dos procesos penales, las religiosas han decidido iniciar otras dos batallas por el cierre del centro y el traslado de los niños a otros establecimientos de internamiento. Por una parte, iniciar un contencioso-administrativo contra las «resoluciones de la Dirección General de la Infancia y la Adolescencia que determinan la reubicación de los menores en otros centros». Y, por último, abrir un proceso civil «para interesar que los menores regresen al centro Nuestra Señora de la Resurrección».

Los abusos presuntamente sufridos por una menor de 17 años a manos de un exempleado del centro desgranados por Oltra cobraron ayer otra versión. «En ningún caso hubo abusos, en todo caso insinuaciones», puntualizó la directora del centro, Concha García, quien aportó otros datos no revelados en su comparecencia en sede parlamentaria por Mónica Oltra: «Las situaciones se produjeron en el entorno familiar de la menor, cuando esta se hallaba de vacaciones, bajo la responsabilidad de sus padres, y en ningún caso en las instalaciones del centro». La responsable del establecimiento de las Terciarias subrayó como «al día siguiente de conocerse ese hecho, se procedió al inmediato despido disciplinario del trabajador para salvaguardar la integridad del resto de menores».

García reiteró su carga contra Mónica Oltra por «la difusión ilegítima de datos de menores, algo que no está al alcance de la consellera, ni de los funcionarios, ni siquiera en sede parlamentaria. La directora del centro incluso echó por tierra los dos informes, de 2010 y 2014, que la vicepresidenta puso sobre la mesa y que supuestamente informaban por parte de la conselleria de otros casos de abusos sexuales perpetrados por el extrabajador. Falso, según aseguraron desde el centro, quienes señalaron que en aquellas ocasiones fueron supuestos casos de malos tratos cometidos por el empleado, presuntamente sobre parejas sentimentales y siempre desligado del centro.

Pregunatada en los pasillos del parlamento ante las posibles denuncias de las Terciarias, Oltra señaló que ella lo que hizo «no fue opinar, sino dar datos». «Todo lo que dije estaba contrastado por informes y documentos, lo que planteé es una serie de hechos, algo que le puede molestar a la dirección del centro, lo entiendo, pero son hechos». E incluso parafraseó a Joan Manuel Serrat: «Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio».

Entre lágrimas

Uno de los momentos más emotivos de la rueda de prensa se vivió al hablar David Pérez, educador del centro desde hace cinco años y que tuvo que llegar a detener su intervención a causa de las lágrimas. «Soy maestro de Educación Física, podría haber hecho una oposición y tener una posición más desahogada, pero estoy aquí porque me gusta, porque es vocacional», explicó en declaraciones a LAS PROVINCIAS.

«Estamos muy orgullosos de nuestro trabajo, del trabajo de nuestros niños. Porque nosotros sí que podemos hablar de que estos son nuestros niños», subrayó el joven, en referencia a las palabras de Mónica Oltra hace unos días, cuando se erigió en defensora de los menores: «Mientras yo esté aquí, estos niños tendrán voz».

David Pérez puso por encima de todo el «velar por el interés del menor», algo que hacen con «dedicación y vocación». Negó haber conocido casos de abusos o maltratos en el centro y reiteró los «muchos momentos de 'Hermano Mayor' vividos, como reaccionar ante menores con síndromes de abstinencia, o ver cómo un menor te amenaza con una silla levantada. Somos conscientes de las muchas carencias que estos niños llevan en la mochila, que procuramos compensar con nuestro cariño y desde el, siempre con unas pautas educativas». David recordó las excursiones, los viajes, los juegos en el parque o las fiestas del pueblo con «nuestros niños»... Y rompió a llorar.

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