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El concurso de las residencias se frena por los recursos de empresas excluidas

El concurso de las residencias se frena por los recursos de empresas excluidas

La asociación sectorial achaca la paralización del proceso a que el Consell no posibilitó que se pudieran corregir errores en las ofertas

DANIEL GUINDO

Jueves, 6 de abril 2017, 19:26

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El concurso convocado por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas para contratar 3.300 plazas en residencias privadas a las que derivar a dependientes y personas mayores ha recibido un nuevo varapalo. Empresas excluidas del proceso han acudido hasta el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales para buscar su amparo, lo que supone, de entrada, un frenazo al procedimiento, según explicó ayer José María Toro, director general de la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunitat (Aerte) a LAS PROVINCIAS. Por tanto, los aproximadamente 3.400 solicitantes que todavía no tienen plaza en una residencia deberán seguir a la espera de un concurso que se anunció hace ahora justo un año.

En concreto, añadió Toro, las compañías afectadas han presentado recursos en, al menos, cuatro de los 13 lotes en los que el Consell dividió la adjudicación (con el objetivo de agrupar comarcas en función de las necesidades poblacionales) lo que se traduce en que se paralicen estos lotes hasta que se pronuncie el tribunal. Sin embargo, desde Aerte temen que esta situación afecte al resto de lotes.

El director general de la entidad indicó que las empresas que han acudido al tribunal fueron excluidas «por cuestiones formales», por lo que si la Conselleria de Igualdad y Políticas inclusivas «les hubiese facilitado la posibilidad de subsanar estos aspectos, siempre dentro de la legalidad», podrían haber optado sin problemas al concurso. «Han abocado a las empresas a la presentación de estos recursos», resumió.

Además, tras la resolución del tribunal, estas compañías tendrán la posibilidad de presentar también un recurso contencioso-administrativo contra la decisión autonómica de excluirlas, lo que podría eternizar la puesta en disposición de las plazas.

Por tanto, éste es el segundo revés que recibe el proceso, después de que más de 400 de las plazas propuestas se quedaran sin recibir ninguna oferta por parte de alguna de las empresas que se presentaron, por lo que quedaron sin cubrir.

Con la convocatoria de este concurso (bajo el modelo de concertación que tanto critica Compromís), entre otras cuestiones, la conselleria pretende atender a «alrededor de 3.400 personas que están a la espera de poder entrar en una residencia y que no lo han podido hacer por la falta de infraestructuras», como indicó la propia vicepresidenta Mónica Oltra el pasado mes de octubre.

El proyecto, además, fue anunciado por la ya ex secretaria autonómica de Servicios Sociales y Autonomía Personal, Sandra Casas, en abril del pasado año, en su comparecencia en una comisión en Les Corts. En octubre el Consell autorizaba la contratación de estas 3.300 plazas y en noviembre prometieron que «a principios de 2017» se iba a proceder a la concertación.

Los centros de ancianos temen perder calidad

La paralización del concurso convocado por el Consell en el sector de las residencias de ancianos y dependientes no es el único aspecto que preocupa a la asociación que representa al sector. El plan de la Conselleria de Sanidad para que la compra y dispensación de medicamentos en las residencias se haga a través de los servicios hospitalarios, en lugar de en las propias farmacias, ha generado incertidumbre entre los gestores de estos centros de mayores, que temen perder calidad por la imposición del Gobierno autonómico.

El concreto, según explicó José María Toro, de cara a los usuarios «quien da la cara es la residencia y, ante cualquier fallo, nos van a pedir explicaciones». En esta línea, este portavoz se pregunta «por qué a una persona que vive en una residencia, tanto en una plaza concertada como en una privada, se le obliga a comprar los medicamentos en un determinado sitio y a otra que vive en su casa no».

En esta línea, recordó que, en la actualidad, las residencias tienen el suministro de medicamentos directamente de las farmacias que, por proximidad y cercanía, «el servicio que se presta es muy bueno». Además, el usuario de una residencia que prefiere acudir a comprar por sí mismo los medicamentos, puede hacerlo con total normalidad. «Además, en algunos casos es hasta recomendable porque con la excusa de ir a la farmacia salen a dar un paseo», agregó.

Sin embargo, si el servicio que quiere implantar Sanidad no es de calidad «afectará a la imagen de las residencias». Además, criticó que la conselleria ha impulsado este proyecto «al margen del sector». «¿De verdad sabe Sanidad cómo se trabaja dentro de una residencia?», se preguntó Toro.

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