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Obras de construcción de un bloque de viviendas en el barrio de la Patacona de Alboraya. :: lp
El litoral de Alboraya ya es una de  las zonas más cotizadas de Valencia

El litoral de Alboraya ya es una de las zonas más cotizadas de Valencia

El precio de la vivienda en la Patacona sólo es superado por el entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en un barrio nacido al abrigo del 'boom' inmobiliario

DANIEL NAVARRO

Sábado, 1 de abril 2017, 23:54

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Ni el Vedat de Torrent, ni la zona de Santa Bárbara de Rocafort, ni el mismísimo centro del cap i casal. Las viviendas en venta más caras del área metropolitana de Valencia están en la Patacona de Alboraya, cuyas residencias pueden llegar a alcanzar los 3.800 euros por metro cuadrado, un precio máximo solo por detrás del entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Así se desprende del último informe de mercado elaborado por la inmobiliaria Engel & Völkers, que apunta a que este barrio del litoral se ha convertido en una de las zonas más de moda de Valencia, donde predomina la vivienda de lujo y cuya compra-venta atrae especialmente al público extranjero, ya que el 40% de las operaciones son realizadas por alemanes, italianos, británicos y franceses.

Ni rastro queda ya en el barrio de las antiguas viviendas de pescadores que ocuparon la primera línea de playa hasta llegar el nuevo milenio. En su lugar, la zona ha sido tomada desde entonces por enormes bloques de edificios y viviendas unifamilares que, de hecho, crearon un conflicto con la Ley de Costas, llegando incluso algunas a estar en riesgo de demolición.

A pesar de que el precio medio de los pisos de la zona está por debajo de otras distritos de la capital como Campanar, Eixample, o Pla del Real; este emplazamiento aglutina algunas de las residencias con más valor de la provincia. «Es de las pocas zonas donde hay casas en primera línea de una playa urbana pero tranquila, y eso se cotiza», explica la teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Alboraya, Ana Bru. «La gente paga lo que le dicen, porque no hay más sitios con estas características». No obstante, recalca que «hay una gran diferencia entre los apartamentos en primera línea y los edificios que hay más atrás, donde hablamos de cifras más asequibles».

Precisamente, el incremento de la popularidad de la zona ha hecho subir también el IBI de las viviendas, una de las principales quejas vecinales, ya que algunos residentes pagan de contribución más de 1.400 euros anuales, la vía principal de recaudación para un Ayuntamiento asfixiado por las deudas.

A las primeras intervenciones que renovaron los paseos marítimos, se suman proyectos de mejora de todos los equipamientos. Entre otros, el Ayuntamiento ha mejorado el sistema de canalización, ha dotado de más servicios las zonas de baño, además de incrementar el control de vertidos al mar. Asimismo, Bru asegura que la limpieza y la poda «son constantes» y se refuerzan especialmente de cara a la temporada alta.

A pesar de que en esta ubicación ya hay construido un colegio y un instituto, el incremento de la población ha hecho que esté asumiendo el doble de la capacidad disponible para impartir clase a todos los jóvenes a través de ocho aulas prefabricadas desde hace 19 años. Esta situación genera el malestar de las familias, que ya han organizado protestas exigiendo la ampliación de las instalaciones. La zona, inicialmente estaba destinada a un público estival, cuenta ya con más de 4.000 vecinos empadronados que, sin embargo, no disponen de comercios próximos donde hacer la compra diaria. «Estamos trabajando para intentar incrementar la presencia del sector terciario en el barrio».

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