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Carmen Montón, consellera de Sanidad. :: manuel molines
Carmen Montón mantiene la jubilación forzosa de los médicos dos años después de llegar al Consell

Carmen Montón mantiene la jubilación forzosa de los médicos dos años después de llegar al Consell

Poner fin a la retirada de los profesionales a los 65 años era una de las medidas del programa electoral del PSPV

LAURA GARCÉS

Miércoles, 1 de marzo 2017, 20:16

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La jubilación forzosa de los médicos a los 65 años se mantiene cuando han pasado casi dos años desde la llegada de Carmen Montón a la Conselleria de Sanidad con un programa -el del PSPV- que contenía el compromiso de acabar con esa medida. En el apartado de Sanidad incluía derogar el decreto de Jubilación Forzosa, «pensado como una forma más de recortes, elaborando un nuevo decreto que tenga en consideración diversos escenarios». Ha habido cambios, pero, como confirman los sindicatos, el retiro a esa edad no ha desaparecido. Está pendiente, de la aprobación del Plan de Ordenación de Recursos Humanos (PORH), documento que aún no ha visto la luz y del que el departamento autonómico ha señalado en varias ocasiones que depende el desbloqueo de la situación.

Fuentes sindicales señalaron que el viernes tendrá lugar una reunión de la mesa técnica que trabaja en la redacción del PORH. Uno de los temas a abordar en ese encuentro es el retiro obligatorio que, según Rafael Cantó, presidente del sector de Sanidad del CSIF, desde que se empezó a aplicar en 2013 puede haber afectado a «un millar de profesionales». Andrés Cánovas, secretario general del sindicato médico CESM, señalaba una cantidad similar.

En un primer momento -en el periodo del anterior gobierno de la Generalitat- «se jubilaban forzosamente unos 250 profesionales al año», apuntó Cantó. Ahora el ritmo se ha rebajado y los profesionales que se encuentran con el retiro obligatorio a los 65 «se sitúa en torno a los 80», según el secretario general de CESM. Es uno de los cambios observados. Cantó recordó que la retirada de la jubilación forzosa formaba parte de los compromisos electorales del PSPV y señaló también que la consellera dijo que a finales de 2016 estaría el PORH.

La historia de la jubilación forzosa empezó en 2013 de la mano de una orden de Sanidad, pero la decisión que acababa con la posibilidad de prorrogar la vida laboral hasta los 70, pronto tropezó con los recursos que llevaron a que el TSJCV anulara la orden. El departamento autonómico aprobó en agosto de 2014 un decreto para continuar con las jubilaciones. Una vez más, el CSIF recurrió, pero no frenó las aspiraciones de Sanidad.

A final de 2014 se incluyó en la ley de Acompañamiento de los Presupuestos para todos los funcionarios. Con la llegada del actual gobierno autonómico se apostaba por acabar con la medida, pero se mantuvo su vigencia hasta contar con el PORH. En septiembre de 2015 Sanidad planteó una propuesta que suponía la derogación de la jubilación forzosa y al mismo tiempo se mantenía con carácter transitorio a la espera de la redacción del mencionado documento. Recibió críticas de los sindicatos, que lo considearon un «galimatías».

El pasado octubre todo apuntaba a que la solución estaba cerca. La consellera de Sanidad, Carmen Montón, adelantó que antes de final de 2016 estaría el documento del que depende desbloquear la situación. Los sindicatos están a la espera. Arturo León, representante de CC.OO, señaló que confía en que en la cita del viernes «nos den ya una propuesta de la Administración», pues el asunto «lleva un poco de retraso». Esta formación no apuesta por la prórroga, defiende que la retirada de la vida activa de los facultativos se produzca a la edad establecida por la ley «para ofrecer opciones a los jóvenes». Tampoco UGT aboga por los 70. El responsable del área de Sanidad, Jesús García Conejos, recalcó que son partidarios de la edad que establezca la ley y de dar opción a la jubilación anticipada « a quien la solicite acompañada de contratos para relevar profesionales».

La vicepresidenta de CSIF, Dolly Prunés, consideró que «el único criterio que se debe tener en cuenta para no prorrogar la vida laboral es que el profesional esté en buenas condiciones físicas y psíquicas» o cuando se trate de la amortización de plazas. El CESM es partidario de llegar a los 70.

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