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Puri Céspedes, una mujer de 55 años que lucha contra la enfermedad. :: irene marsilla
«Cuando te diagnostican un cáncer tienes que reinventarte la vida»

«Cuando te diagnostican un cáncer tienes que reinventarte la vida»

Puri Céspedes Mujer de 55 años que recibe apoyo social para afrontar la enfermedad

LAURA GARCÉS

Viernes, 3 de febrero 2017, 00:12

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«Cuando te diagnostican un cáncer tienes que reiventarte la vida». Son palabras de Puri Céspedes, una mujer de 55 años que el pasado octubre pasó por el quirófano tras localizarle un tumor de mama en la revisión anual del programa de detección precoz. Ayer habló con LAS PROVINCIAS en vísperas del Día Mundial Contra el Cáncer que se conmemora mañana. Su relato descubre que el cáncer no sólo requiere atención médica. También la ayuda psicólógica y social son necesidades del paciente oncológico.

  • visitas a enfermos hospitalizados realizaron los voluntarios de la AECC durante 2016.

  • niños con cáncer participaron en el último campamento de verano para estos pacientes.

Cuando a Puri le confirmaron la realidad que habían descubierto los médicos, ante su día a día se abrió un nuevo camino, un itinerario que cubre de la mano del equipo médico del Hospital Clínico de Valencia.

Recalca que la familia y los amigos son los principales pilares. Pero recalca que se encontró con el apoyo social de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) que, a través de sus iniciativas se convirtió en la «ayuda para cruzar el desierto» al que se enfrentaba esta mujer. Cada vez son más los pacientes oncológicos que reclaman esas prestaciones. Ayer lo confirmó la AECC al dar a conocer que la demanda de apoyo psicosocial ha aumentado un 26% con respecto al año anterior, un porcentaje que se tradujo en 12.358 asistencias de carácter social.

«Cuando te pasa lo que a mi, todo te viene muy grande», aclara Puri. El desconcierto deja a los enfermos sin saber hacia donde dirigir los pasos. Ella apostó por seguir adelante. Y así empezó a acudir a las actividades de apoyo. El primer paso fue «el taller de maquillajes, algo que parece que es una tontería», sin embargo no lo es porque «te ayudan a levantar el ánimo». Las clases para aprender a ponerse el turbante también han contado con su asistencia.

Cada sesión, cada taller es un empujón de ánimo. Allí encuentra el calor de los voluntarios que los atienden: «Aprender sabiendo que te lo explica alguien que ha pasado por la misma situación que tú es importante». Como también lo es compartir la experiencia de los otros enfermos. Esa vivencia «te permite mantenerte activa y vinculada a la sociedad».

El perfil medio

Puri responde al perfil medio de los adultos que llaman a la puerta del apoyo social de la AECC. Son mujeres de entre 50 y 70 años que están en periodo de tratamiento y buscan redes de apoyo durante su enfermedad. Ello no significa que no haya otros rostros entre los destinatarios de esta línea de apoyo.

Los niños también forman parte de sus objetivos. Organizan campamentos de verano, a los que el año pasado asistieron 40 atendidos por una veintena de monitores. Las familias de estos pequeños pacientes, como las de los adultos también son objeto de atención. En 2016 fueron 300 las familias en quienes AECC invirtió sus esfuerzos.

Las visitas a los hospitales que realizan los voluntarios alcanzaron en 2016 las 31.000. Son encuentros que los enfermos agradecen, como hace Puri cuando analiza el valor de la asistencia social hasta el punto de señalar que ahora, cuando han pasado ya varios meses desde su operación, la experiencia le permite dirigirse «a quienes van a entrar en este complejo camino» para decirles que «van a necesitar ayuda, pero que la busquen que sí que hay».

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