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ARTURO CHECA
Domingo, 15 de enero 2017, 20:54
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Sufrir un robo en nuestra vivienda, padecer un asalto de índole sexual en la vía pública o ser víctima de una clonación de la tarjeta bancaria que acabe dejando tiritando nuestra cuenta bancaria es hoy más posible que hace un año en la ciudad de Valencia. Al menos eso se puede afirmar consultando la estadística de criminalidad del Ministerio del Interior sobre la capital de la Comunitat y que recoge el número de infracciones penales registradas hasta el pasado mes de diciembre de 2016 en el municipio. A la luz de esos datos, las agresiones sexuales con penetración, los fraudes con tarjetas bancarias y los robos con fuerza en viviendas son los delitos que experimentan un mayor auge en el último año.
El balance revela cómo, en 2016, cada mes se produjeron unas dos violaciones en la ciudad. Las mismas aumentaron casi un 108% y rozaron la treintena. Por contra, el resto de delitos sexuales en la ciudad (abusos, acoso, pornografía...) retrocedieron, tal y como señala la memoria de Interior, referente a actuaciones del Cuerpo Nacional de Policía.
Ojo cuando uno va a realizar una gestión al cajero automático o cuando empleamos la tarjeta de crédito para realizar una compra por internet. La avalancha de estafas cometidas en Valencia tras apropiarse de datos bancarios de la víctima ha sido notable en el último año. Del alrededor de 700 contabilizadas el año pasado se ha pasado a casi 1.200, con lo que la cifra de delitos prácticamente se ha doblado. Y lo que es más preocupante: la enorme dificultad para los agentes a la hora de esclarecer estos delitos, al cometerse a través de internet, con identidades falsas, estratagemas informáticas, etc..., hace que apenas dos de cada diez delitos se resuelvan.
La tendencia de incremento también es preocupante al analizar los asaltos cometidos por ladrones en viviendas. Tanto los robos cometidos tras forzar una puerta o ventana, sin que hubiera nadie en su interior, o incluso irrumpiendo cuando sus habitantes estaban en su hogar han crecido en la ciudad en el último año. Cada día se producen alrededor de cuatro, unos 1.500 durante el periodo contabilizado por el Ministerio. El aumento de los asaltos con fuerza o con violencia se sitúa en torno al 30%.
Descenso en la Comunitat
El cuarto capítulo de infracciones penales que experimentan un aumento en el último año en la ciudad es el de coche robados. En 2016 fueron algo más de 700 (el año anterior no llegaron a 600). O lo que es lo mismo, cada mes alrededor de medio centenar de coches o motocicletas son sustraídos en las calles de la capital.
La nota positiva es que, en líneas generales, la criminalidad retrocede en la ciudad de Valencia. Según la estadística de Interior, en 2016 fueron unas 40.000 las infracciones penales contabilizadas por la Policía Nacional, cerca del 1% menos que el año anterior. Eso sí, la tasa de eficacia policial de los agentes, el número de delitos resueltos, también da un ligero paso atrás. Casi una de dada tres infracciones acaba siendo esclarecida por los agentes, una proporción un punto inferior a la registrada por la base de datos del Ministerio el año anterior.
El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, destacado el jueves la «tendencia descendiente» de la criminalidad en el conjunto de la Comunitat, con una bajada de hasta nueve puntos en la tasa durante los últimos cinco años. La región presenta actualmente una proporción de 46,5 delitos por cada 1.000 valencianos, «cifras que son las mejores de toda la serie histórica, y eso es debido a la eficacia y eficiencia de los cuerpos policiales», como destacó Moragues.
Regresando a los datos del Ministerio del Interior sobre la delincuencia en la ciudad de Valencia, el número de detenidos también retrocedió. El año pasado fueron algo más de 8.200, frente a más de 9.000 arrestados durante 2015.
La polémica de los últimos meses con el cierre desde el pasado octubre del Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores, por una inexpugnable plaga de chinches, también parece tener un reflejo en el balance estadístico de la Policía Nacional. Casi un 5% bajó el número de apresados en la capital por infracción de la Ley de Extranjería, que hasta diciembre de 2016 superaron ligeramente los 400.
Los delitos de malos tratos en la ciudad de Valencia también suben, aunque de manera muy ligera. El año pasado hubo algo más de 2.000 infracciones relacionadas con la violencia de género, cuando en 2015 no llegaron a los dos millares. Eso sí, la tasa de resolución de la Policía Nacional es espectacular: el 99% de los malos tratos son esclarecidos por los agentes y sus autores acaban arrestados.
Los delitos más graves, los homicidios o asesinatos, se mantienen estables: cinco el año pasado frente a media docena en 2015. Por contra, los delitos de lesiones, cometidos en el transcurso de peleas o enfrentamientos de otros tipos, aumentaron algo más de un 40%, contabilizando unos 300 en 2016.
600 manifestaciones
El informe de Interior también revela otros dos aspectos relacionados con la Seguridad Ciudadana y el urbanismo. Uno de ellos es el número de manifestaciones contabilizados en la capital, que se desplomó un 12%, al quedarse en unas 600 tras superar las 700 protestas en 2015. Lo que no explica la estadística es si la caída de concentraciones ciudadanas se debe a una menor concesión de autorizaciones administrativas para las mismas o a una bajada de la conflictividad social en la ciudad de Valencia.
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