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Maruja Cuenca, en el centro, entra en los juzgados. :: lp
El juez da la razón a la 'abuela coraje' y le devuelve la custodia de su nieta

El juez da la razón a la 'abuela coraje' y le devuelve la custodia de su nieta

La sentencia a favor de Maruja Cuenca es dura contra la resolución de la Conselleria

PILAR M. MACIÁ

Viernes, 9 de diciembre 2016, 07:32

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Aunque la pequeña Mari Carmen volvió a su casa hace ya un par de meses, el juzgado que trató la demanda interpuesta tras la separación de su familia a instancias de la Conselleria de Bienestar Social ha ratificado ahora la sentencia dictada en octubre que da la razón a Maruja Cuenca. Esta abuela 'coraje' ha luchado desde que su hija fue asesinada a manos de su pareja para que Mari Carmen, lo único que le queda de ella, permanezca a su lado, al lado de su hermano Roberto y de sus tíos maternos en Orihuela. La resolución es firme y no deja muy bien parada a la Conselleria de Bienestar Social por la decisión adoptada el pasado mes de mayo, cuando se decidió enviar a la niña con una familia educadora con la intención de prepararla para un acogimiento o incluso una adopción.

En el texto de la sentencia se refleja, a instancias de la parte demandante, en este caso la defensa letrada de Maruja Cuenca, que ese mandamiento contravino el auto de diciembre del 2014 y la posterior sentencia de octubre del 2015 en la que se indicaba que la abuela era capaz de hacerse cargo de la pequeña y que no existía la conflictividad familiar a la que se refirió la dirección territorial para adoptar una decisión que mantuvo separadas a abuela y nieta durante dos meses, algo que también se dice que podría acarrear consecuencias psicológicas para la menor, de solo 5 años de edad.

Asimismo, se da cuenta de la declaración tomada a una funcionaria que acudió a las reuniones en las que se valoró el caso y finalmente se optó por la familia educadora, sin más informes que el psicosocial elaborado con anterioridad y la interpretación que los servicios de Bienestar Social hicieron de la sentencia, que no era otra que debía revisarse la situación de la niña y decidir qué hacer con ella. En este asunto, la juez considera «sorpresivo» cómo se trató la sentencia, teniendo en cuenta que en la misma se indicaba como idónea a la abuela para hacerse cargo de la pequeña así como que ante cualquier otra situación se debía trabajar en busca de soluciones definitivas por encima de las temporales -la marcha con la familia educadora se decretó para un plazo máximo de seis meses-.

Así se abunda en el hecho, constatado en la declaración de la testigo, de que para tomar una decisión traumática para la menor no se pidió informe al colegio donde estudia ni sobre su estado psicológico y emocional antes de separarla de su familia sino que simplemente se pretendía estudiarla y prepararla para superar el duelo de su madre -asesinada hace ya tres años-.

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