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P. MORENO
Sábado, 12 de noviembre 2016, 23:50
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«Hay un riesgo evidente de que aumente la salinidad en la Albufera», comenta el concejal de Devesa-Albufera, Sergi Campillo, al constatar que desde finales de agosto no ha entrado agua en el humedad procedente del Xùquer. El nivel del lago ha bajado de manera alarmante, los pescadores denuncian que en algunas zonas ya no pueden navegar y la Confederación Hidrográfica, dice el edil, tiene la obligación de enmendar esta situación con un aporte extraordinario de 8,1 hectómetros cúbicos desde la presa de Tous hacia el parque natural.
uDragado. El Consistorio ha limpiado estos días cerca de dos kilómetros de ribera de acequias y canales de cañaverales.
uNivel. La medición en las compuertas indica que la Albufera está 15 centímetros por debajo de su profundidad adecuada.
uRenovación. La modernización de las depuradoras no es suficiente para derivar todo el caudal hacia el parque natural.
El presidente de la Comunidad de Pescadores, José Caballer, achaca la bajada acusada del nivel a la inundación de algunos tancats en la parte de Silla y Sueca, tanto por el cultivo del arroz como por atraer las bandadas de patos, al estar en plena temporada de caza.
«Las barcas no pueden navegar, hacía mucho tiempo que esto no pasaba», aseguró, para citar como ejemplo que el embarcadero principal de El Palmar está «tan bajo que se aprecia perfectamente la marca del agua y lo que está seco».
La Albufera debe recibir 210 hectómetros cúbicos anuales, precisó Campillo, para matizar que la norma señala que de «todo tipo de origen». Esto hace que se complete con aportaciones de las plantas depuradoras, algo que el Consistorio no quiere incrementar por el efecto que tiene en la flora y fauna. Pese a tratarse de un caudal tratado, tiene un elevado número de nutrientes, que no es lo más adecuado.
De no enmendarse la situación, observó, la salinidad del agua podría aumentar tanto en el lago como en los arrozales. «Esto es algo que deben saber los agricultores», comentó el delegado, en referencia al posible perjuicio a medio plazo.
La falta de agua obligó al Consistorio y a la Conselleria de Medio Ambiente a enviar sendas cartas a la Confederación Hidrográfica del Júcar para que autorice el desembalse. En el documento se indica que ha pasado un nuevo año hidrológico «sin que se hayan alcanzado los 210 hectómetros cúbicos que prevé el plan de cuenca».
Un ejemplo de la salinidad del agua es, subrayó el edil, la proliferación del cangrejo azul, un hecho denunciado por los pescadores debido a que rompe las artes de pesca con las que capturan las anguilas. Este problema no tendrá solución a corto plazo, debido al poco interés en comercializar esta especie.
Campillo comentó que si no revierte la situación con agua del Xùquer «será imposible mantener la perellonà tanto en las compuertas como en las zonas altas», en referencia a la inundación de los arrozales de los tancats. En su opinión, el mantenimiento de la inundación invernal es «esencial para conservar la biodiversidad» y plantea medidas como la regulación del uso del agua o la anulación de los cotos acuáticos de zonas no inundadas.
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