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Una joven víctima de malos tratos se tapa el rostro con su mano. :: txema rodríguez
«No me ha agredido, sólo me ha dado empujones»

«No me ha agredido, sólo me ha dado empujones»

La Comunitat está a la cabeza de España en sentencias contra adolescentes por casos de violencia de género

J. A. MARRAHÍ

Jueves, 3 de noviembre 2016, 20:17

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Pleno centro de Valencia. Ella tiene 17 años. Él acaba de cumplir los 18. Pasean por una plaza repleta de paseantes cuando el joven empieza a abofetear a la chica ante la mirada asombrada de testigos que alertan a la policía. Se presentan los agentes y ratifican la agresión. Y cuando llega el momento de preguntar a la chica su respuesta les deja atónitos: «No pasa nada. Me ha pegado porque me quiere. Quiere que deje de fumar y no hago caso».

Este ejemplo real ilustra una peligrosa tendencia sobre la que pone el acento la Fiscalía de Valencia. «La permisividad con los malos tratos es hoy casi mayor en víctimas menores que en adultas. Confundidas por una especie de amor romántico mal entendido o por dependencia emocional tienen una escasa percepción de las actitudes machistas violentas. En general, no saben distinguir las señales del maltrato o lo disculpan con facilidad», resume la fiscal coordinadora de Violencia contra la Mujer, Susana Gisbert.

Otra de esas frases reales escuchadas por los fiscales valencianos resume el problema a la perfección: «No me ha agredido, sólo me ha dado empujones», pronunció otra joven víctima. «A la vista de los casos que investigamos, da la impresión de que no perciben violencia de genero a no ser que se trate de un crimen o acaben con el ojo morado», advierte la fiscal valenciana.

El registro del móvil, detonante habitual de agresiones

  • Sin convivencia habitual, hijos de por medio o disputas por cuestiones económicas, el afán de control y los celos aparecen como detonantes habituales de los casos de violencia de género con víctimas o agresores menores. «Y con las nuevas tecnologías de por medio», advierte la fiscal Gisbert. Asegura que el registro de los novios del móvil, mensajes o conversaciones en internet de sus parejas es motivo frecuente de las agresiones. «El teléfono suele aparecer en un 90% de los casos, bien como elemento que el joven maltratador ansía controlar o como medio de posteriores amenazas o extorsiones» a su pareja.

La experta se muestra convencida de que detrás de esta falta de visión y reacción por parte de las agredidas más jóvenes se encuentra la reducción de casi un 30% en los últimos años de campañas de concienciación y educativas» que pongan a los adolescentes los puntos sobre las íes en cuestiones como la aceptación de las rupturas o la libertad de las personas a la hora de establecer sus relaciones personales.

«El asunto en los colegios se toca, pero de manera muy precaria, muy tangencial u ocasional. Y casi siempre depende de la menor o mayor voluntad de los centros a la hora de abordarlo. No existe un protocolo generalizado y eficaz», lamenta. En su opinión, la necesidad educativa que marca la Ley Integral contra la Violencia de Género, hace aguas.

«Como me dejes me suicido» es otra frase escuchada por una joven valenciana de boca de su pareja cuando todavía iba al instituto. Durísimo chantaje emocional. La angustia como arma para quebrar su libertad. «O una joven desesperada tras 90 llamadas de su exnovio en un mismo día», ejemplifica Gisbert. «Estamos viendo casos de acoso en toda regla», sentencia.

La 'sextorsión' es un tentáculo de la violencia de género juvenil que lleva de cabeza a policías y fiscales. «Si no dejas a ese chico y vuelves conmigo voy a difundir tu foto desnuda por el instituto», dijo a su exnovia un joven investigado. No son faroles. Las amenazas las cumplen. Hace sólo unos días, un menor de 17 años fue detenido por la Policía Nacional en Valencia después de enviar 13 imágenes íntimas de su exnovia a la tía de la víctima. Fue su manera de intentar que hablara con él tras cesar la relación.

Denuncias de padres

La Fiscalía de Valencia asegura que, en muchos casos, «son los padres los que acaban denunciando malos tratos» que las hijas no aprecian o perdonan una y otra vez. Una joven de 18 años llegó a retirar seis denuncias previas contra su maltratador antes de cumplir la mayoría de edad hasta que, finalmente, decidió seguir adelante en el proceso judicial.

Ya hay en Valencia casos judicializados con chicos con órdenes de alejamiento antes de los 18 o víctimas menores que se han tenido que cambiar de instituto e incluso dejar su pueblo o la Comunitat por miedo a su agresor. Y víctimas bajo estricta vigilancia policial.

La realidad estadística del maltrato antes de la mayoría de edad es oscura. Existen datos actualizados sobre denuncias de víctimas en toda España. Algo más de 9.300 valencianas han denunciado violencia de género en el primer semestre del año. Pero ni la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género ni el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) registran cuántas de ellas son menores. Eso sí, la experiencia de la Fiscalía de Valencia revela que el problema «es creciente».

El CGPJ sí revela que los juzgados de menores valencianos condenaron a una veintena de jóvenes por malos tratos en el primer semestre del año. La Comunitat está a la cabeza de España en número de juicios y sentencias contra los maltratadores más precoces.

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