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LUIS CANDELA
Jueves, 27 de octubre 2016, 01:42
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La vida del que fuera campeón de la Vuelta Ciclista a España 2002 con el maillot del equipo alicantino Kelme hace 14 años, Aitor González Jiménez, se ha caracterizado por la polémica desde que abandonó su carrera sobre las dos ruedas. La Policía Nacional lo apresó la madrugada del martes por intentar supuestamente robar en una tienda de telefonía móvil de la ciudad de Alicante, tal y como informaron fuentes próximas a la investigación del caso. Se trata del enésimo arresto del antiguo profesional del ciclismo nacido en el País Vasco aunque afincado en San Vicente del Raspeig desde hace años.
Los agentes apresaron a González a las dos de la mañana del pasado martes después de que presuntamente hubiera roto la valla de seguridad del establecimiento ubicado en la calle García Andreu, así como el cristal, como detallaron las citadas fuentes. Ayer mismo pasó a disposición del juzgado de guardia, muy cerca de donde se produjeron los hechos, pues el Palacio de Justicia se encuentra a solo dos calles del negocio.
El titular del Juzgado de Instrucción número 8 de la capital, en funciones de guardia, decretó la libertad provisional para el exciclista, tal y como confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). Por ello, se le pudo ver salir ayer de las dependencias judiciales, aunque con un aspecto bien diferente a cuando se impuso a Roberto Heras en la ronda española. Contra él se ha abierto una causa de robo con fuerza en grado de tentativa ya que, al parecer, no logró sustraer ningún dispositivo móvil ni dinero.
Aitor González tuvo una convulsa salida del mundo del ciclismo, tras verse envuelto en 2005 en un caso de dopaje por anabolizantes. Ese año había ganado la Vuelta a Suiza y se tuvo que retirar de la Vuelta a España pocos días antes de acabar.
Lejos del mundo de la bicicleta, la carrera de Aitor González se ha visto marcada por más de una detención, como en 2008. Ese año, la Policía Nacional lo apresó por el encargo a unos sicarios para dar una paliza a los responsables de una inmobiliaria de Elche. Al parecer, todo se debió al cobro de una deuda de 300.000 euros. Solo un año antes, fue arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas y en 2011 por una supuesta trama de estafas a un banco.
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