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Un momento de las pruebas de carga que se efectuaron en el puente para comprobar su estado. :: lp
El puente de nunca acabar

El puente de nunca acabar

Otro choque administrativo del Ayuntamiento de Paterna y el agente urbanizador vuelve a retrasar la apertura de una obra acabada hace décadas

MARINA COSTA

Domingo, 16 de octubre 2016, 23:52

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En Paterna, los vecinos de Mas del Rosari y La Coma tendrán que esperar al año que viene para ver su mayor ilusión cumplida: la apertura del histórico puente sobre la CV-31, que lleva sin estrenarse desde que fue construido, hace ya más de tres décadas, lo que permitiría la conexión directa con Burjassot y el campus universitario.

Los residentes de estos dos barrios de Paterna llevan décadas resignados teniendo que realizar rodeos de hasta tres kilómetros de distancia para 'pasar' al otro lado sin poder hacer uso del dichoso puente.

Una larga serie de concatenados capítulos administrativos, urbanísticos y burocráticos han mantenido esta importante conexión cerrada a cal y canto, entre vallas y maleza, para disgusto de más de 6.000 vecinos. El desacuerdo entre la Universitat de València y el Ayuntamiento de Paterna sobre quién debía asumir el gasto final de apertura, tras la urbanización del sector, abrió un contencioso-administrativo.

El conflicto del puente desconectado se prolongó en el tiempo. Las obras de ampliación del Parc Científic devolvieron la esperanza a los vecinos de Mas del Rosari ante la posibilidad de que ambas zonas se enlazaran por fin. Pero cuando los operarios encargados llegaron al paso superior, dejaron de asfaltar y colocaron una valla.

Enfado vecinal

Los residentes se movilizaron e, incluso, iniciaron una campaña de recogida de firmas para instar a las autoridades a que se ejecutara esta conexión «natural y básica» entre ambos municipios. Paterna decidió entonces asumir el coste de la conexión, de poco más de 30.000 euros, de forma subsidiaria. Pero para ello era necesario realizar una prueba de carga del puente para conocer si su desuso había provocado problemas estructurales. Después llegó un problema de competencias con la Consellería de Infraestructuras por saber quién debía hacerse cargo del mantenimiento de la infraestructura. El ayuntamiento asumió finalmente la titularidad del puente tras la cesión. Hasta la prueba de carga dio luz verde a la apertura, al corroborar el buen estado de salud de la estructura. Pero ahora otro enésimo requerimiento impedirá que el puente se abra este año, tal y como había anunciado la corporación. A finales de septiembre Paterna requirió a la Universitat que efectuara los trabajos del proyecto de adecuación del entorno del puente como agente urbanizador para poder abrir la conexión.

Dicha entidad, que recibió la notificación el pasado 5 de octubre, puede ahora abrir un recurso de reposición o comenzar los trabajos en un plazo máximo de tres meses. A esto habría que añadir el plazo de ejecución previsto para las obras. Cinco semanas más. El PP de Paterna ha instado a «abrir el puente lo antes posible, ya que dejamos un proyecto aprobado y con consignación económica hace ya 17 meses y es el gobierno socialista quien está acumulando ese retraso. Recordamos su compromiso de resolverlo en unos pocos meses que, evidentemente, no se ha cumplido».

100.000 euros

Los populares subrayaron que fue «el gobierno del PP quien impulsó la actuación y exigió a la Universidad la apertura del puente, porque era a quien le correspondía pagarlo. Resulta curioso que el alcalde Juan Antonio Sagredo, en su día, criticó el hecho de que la universidad nos hubiera puesto un contencioso, cuando el tiempo nos ha demostrado que no hicimos nada equivocado. Ahora es él quien exige otros 100.000 euros a la universidad».

Mientras los dardos administrativos y políticos se cruzan, los vecinos asisten cansados a lo que consideran «una tomadura de pelo. Llevamos ya tanto tiempo así, que no deberían ya dar ninguna fecha más hasta tenerla clara. Esta situación ha generado el aislamiento del barrio durante mucho tiempo y un foco de inseguridad y mala imagen, con vallas caídas y deterioradas, generando peligros constantes a coches y viandantes», lamenta un residente de Mas del Rosari.

Lo cierto es que por mucho que se aceleren los pasos, el puente recibirá el año nuevo cerrado. Otro más. Ni los vecinos se aventuran ya a ponerle fecha de apertura al puente de nunca acabar.

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