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El detenido, primero por la izquierda y con camisa de cuadros, pasa ayer a disposición judicial.
Envían a prisión al homicida confeso de su tía en Alicante

Envían a prisión al homicida confeso de su tía en Alicante

El sobrino de la víctima relata ante la juez que estranguló a la mujer hace una semana con el cable de una lámpara porque ella le dijo que ya «no podía más»

Luis Candela

Jueves, 13 de octubre 2016, 01:29

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El Juzgado de Instrucción 3 de la capital envió ayer a prisión al asesino confeso de su tía de 87 años de edad. Así lo acordó su titular, en funciones de guardia, tras tomarle declaración en el Palacio de Justicia de Alicante. Allí, F.R.S., de 41 años, confirmó lo que ya había confesado a los agentes de Policía a los que se entregó el lunes, que la semana pasada estranguló a la mujer con el cable de una lámpara porque no soportaba verla así, enferma de gravedad desde hacía medio año e inválida tras romperse la cadera. Según detallaron fuentes próximas a la investigación del crimen, el detenido actuó movido por la compasión, ya que la víctima le había dicho que ya «no puedo más» y que no quería vivir.

  • Cuidador.

  • El detenido y la víctima compartían vivienda desde hacía dos años y medio. Él se encargaba de cuidar a la octogenaria.

  • Deterioro.

  • La anciana estaba enferma de gravedad desde hacía medio año e inválida tras romperse la cadera. Hace poco tiempo sufrió una caída, que obligó a los bomberos y a la Policía a intervenir para rescatarla, lo que provocó un deterioro de su salud.

  • Confesión.

  • F.R.S., de 41 años de edad, confesó a los agentes de Policía a los que se entregó el lunes que la semana pasada había estrangulado a su tía con el cable de una lámpara

  • .

  • Antecedentes. El

  • sobrino declaró ayer que actuó movido por la compasión, ya que la víctima le había dicho que ya «no puedo más» y que no quería vivir. El detenido cuenta con antecedentes penales por delitos de agresiones, malos tratos y amenazas.

Los dos compartían vivienda en el número 7 de la calle Pintor Aparicio de la capital, en pleno centro, desde hacía dos años y medio. En ese tiempo, el reo se encargaba de cuidar a la octogenaria que ayer debería haber cumplido 88 años de edad, -tal y como aseguró a la magistrada-, preparándole la comida y ayudándola en sus tareas de higiene, según relató.

El martes o miércoles de la semana pasada fue cuando se produjeron los hechos por los que se sentía arrepentido, de modo que este lunes se entregó a los agentes. Él mismo acompañó a una dotación policial hasta la casa y la habitación donde yacía muerta la anciana con la bolsa que le puso en la cabeza antes de cerrar la puerta.

Joyas y un televisor

El hombre narró lo sucedido durante media hora, pese a que el miércoles optase por no declarar en sede policial. Según su versión, han apuntado las mismas fuentes, hace unos diez días su tía sufrió una caída que le afectó la cadera y que obligó a los bomberos y a la Policía a intervenir para rescatarla, lo que motivó su hospitalización y un deterioro progresivo de su salud. Así pues, la mañana del suceso fue a llevarle el desayuno como acostumbraba y le surgió la idea de estrangularla con el cable, como así hizo. La culpa le llevó a las dependencias policiales unos cinco días después.

La Policía Nacional investigaba también si el acusado podría haber vendido unas joyas propiedad de la fallecida, así como otros efectos. Según pudo saber este diario, el sospechoso también explicó este punto a la instructora y al representante del Ministerio Público, aduciendo que se llevó joyas que habían pertenecido a su madre y una televisión que era suya.

Según apuntaron las citadas fuentes, el homicida ya conocía la estancia en prisión por haber cumplido una condena de cinco años de cárcel por maltrato a su expareja. Así lo confirmó también el delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Moragues, quien explicó que el detenido cuenta con antecedentes penales por delitos de agresiones, malos tratos y amenazas. Moragues constató un hecho del que ya estaban al tanto los residentes del inmueble, que el hombre era una persona «conflictiva» cuya presencia en la comunidad había generado muchos recelos.

Según apuntaron los vecinos tras conocer el óbito de la mujer, desde que él llegó la presencia de la víctima se había reducido drásticamente en la comunidad, una situación extraña porque siempre se había relacionado mucho. La mujer, que hasta entonces había formado parte de la comunidad, dejó de pronto de salir, tal y como señalaron las fuentes consultadas por este diario.

La comisión judicial ordenó el levantamiento del cadáver en torno a las nueve de la noche ante la atónita mirada de los residentes, una vez la médico forense de guardia realizó las primeras comprobaciones.

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