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JAVIER MARTÍNEZ
Sábado, 17 de septiembre 2016, 21:12
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Menospreciadas en su hogar y obligadas también a trabajar en un taller textil clandestino en la planta baja de su casa. Una mujer y su hija fueron auxiliadas por la Guardia Civil de Paiporta y la Policía Local de Picanya tras una violenta disputa en el domicilio donde sufrían malos tratos, presuntamente, por parte del cabeza de familia. La actuación policial posibilitó el desmantelamiento del establecimiento ilegal donde se confeccionaban uniformes sanitarios con el logotipo de la Generalitat Valenciana, entre otras prendas, así como la detención del maltratador.
Los hechos tuvieron lugar sobre las diez y media de la mañana del pasado miércoles. El teléfono de emergencias 112 recibió una llamada de un ciudadano que alertaba de un posible caso de maltrato en una vivienda de Picanya. Esta persona acababa de escuchar gritos de una mujer y golpes procedentes de una casa. Una patrulla de la Policía Local de Picanya y otra de la Guardia Civil de Paiporta acudieron con urgencia al lugar, concretamente a una vivienda de dos plantas situada en el número 16 de la calle Vent de Garbí, donde reside una familia china.
Cuando llegaron los agentes, un hombre de mediana edad estaba muy nervioso en la puerta del domicilio. Era el presunto maltratador que mostraba cierto arrepentimiento, aunque justificaba su violencia con algunas expresiones machistas, según informaron fuentes jurídicas.
Los agentes se entrevistaron después con la hija del ciudadano chino y descubrieron el motivo de la disputa familiar. La joven había discutido con su padre, al parecer, porque tenía muy poco tiempo libre para salir con sus amigas porque trabajaba en el taller clandestino muchas horas. El cabeza de familia enfureció entonces y propinó una bofetada a su hija, que fue trasladada a un centro de salud para que recibiera asistencia médica.
Los guardias civiles y policías locales descubrieron en la vivienda seis máquinas de coser y uniformes sanitarios con el logotipo de la Generalitat Valenciana. El taller clandestino se encontraba en la planta baja de la casa y tenía una intensa actividad por las noches, según los vecinos.
El ciudadano chino fue detenido por un delito de malos tratos en el ámbito familiar, aunque la Guardia Civil abrió también la correspondiente investigación por la actividad ilícita descubierta en la vivienda. Los uniformes sanitarios eran confeccionados por encargo de una empresa que luego vendía las prendas a la Generalitat. Los vecinos de las casas contiguas se habían quejado por los ruidos de las máquinas de coser. Esto dificultaba que pudieran conciliar el sueño por la noche.
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