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Turia. Cañaverales en el cauce del río y maleza. :: j. monzó
La maleza sepulta los barrancos

La maleza sepulta los barrancos

Los ayuntamientos se encargarán del mantenimiento de los cauces tras una primera limpieza del Ministerio de Medio Ambiente

PPLL

Domingo, 31 de julio 2016, 23:37

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vALENCIA. Un paso más en la lucha contra los incendios forestales en los barrancos y en la prevención de inundaciones. Eso es lo que ha supuesto el plan conjunto de limpieza y mantenimiento de cauces que esta misma semana la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, las diputaciones provinciales y los Ayuntamientos de la Comunitat han asumido para minimizar y plantar cara a la propagación de posibles fuegos en estas zonas, habitualmente infestadas de malezas por la falta de coordinación entre las administraciones. Pero los alcalde recelan y quieren actuaciones de forma urgente, no se conforman únicamente con un acuerdo tomado en una reunión.

La eternización de la limpieza de los parajes, fruto de la necesidad de preceptivas autorizaciones entre las administraciones, tendrá los días contados cuando sea efectivo este plan conjunto que establecerá que la Confederación Hidrográfica del Júcar realice una primera limpieza del espacio y los ayuntamientos o autonomías se encarguen de realizar los trabajos de limpieza o mantenimiento, algo que hasta ahora no siempre ocurría y que ha mantenido densos y sucios barrancos pese a que a la conservación de cauces se destinó desde 2012 hasta 2015 más de 4,6 millones de euros.

Todas las comarcas ofrecen buenos ejemplos. En el caso de la Ribera, en Sumacàrcer, el barranco de la Verge es el punto más conflictivo. Se trata de un barranco urbano que confluye con el río Júcar y desde hace más de tres años no se ha realizado ninguna actuación. El resultado es la invasión de cañas en el cauce «siendo un peligro continuo. En verano por el riesgo de incendio y en invierno por las lluvias», según el alcalde de este municipio de la Ribera, Txema Peláez.

En otras localidades de la zona, como Gavarda, «hace incluso cuatro o cinco años» que no se limpia el cauce del Júcar, lo que preocupa a su alcalde Vicent Mompó, «no sólo porque ante fuertes lluvias causará inundaciones, sino porque el desbordamiento del río por culpa de la vegetación acumulada y la suciedad destroza infraestructuras agrarias y caminos rurales, que luego deben costear las arcas municipales». Por eso, el alcalde de esta localidad de la Ribera Alta ve con buenos ojos que se mancomune la limpieza de los cauces: «es algo que debería hacerse todos los años. Además, estéticamente, el río ofrece un estado lamentable que no ayuda demasiado a atraer visitantes».

Por su parte, la falta de iniciativa de las Administraciones movió al gobierno de La Pobla Llarga a asumir la limpieza del barranco de Barxeta. «Nos preocupó por las lluvias de otoño, ya que el cauce pasa muy próximo a un grupo de viviendas del casco urbano, pero también porque terminaba convirtiéndose en un punto de acumulación de basura. Sin embargo, teníamos muy poco presupuesto para costear la limpieza», afirma la alcaldesa, Neus Garrigues.

Los barrancos de la Safor también son una buena muestra de la necesidad de tomar cartas en el asunto con un exhaustivo plan para combatir la maleza. En Xeraco, el alcalde Francesc Serralta afirmó que la limpieza y canalización del río Vaca, «que depende del Ministerio de Fomento», es una obra «absolutamente necesaria para evitar las inundaciones que se producen todos los años en los períodos de lluvias». Y es que el río se encuentra «totalmente podrido» y lleno de cañas.

Y en el río Serpis la situación no es mucho mejor, ya que el cauce está también lleno de cañas y suciedad. «Las ratas, los mosquitos, las cucarachas y las serpientes nos están invadiendo por culpa de la suciedad y falta de limpieza del río», declaró indignada la presidenta de la Asociación de Vecinos de Marenys de Rafalcaid, Dolores Rodríguez.

Además, según aseguraron los vecinos, la CHJ autorizó al Ayuntamiento de Gandia a realizar la limpieza, «pero si la CHJ no tiene dinero, el Ayuntamiento menos», dijeron los vecinos del barrio. Rodríguez aseguró que el cauce «está completamente desatendido», ya que nadie se hace cargo de su conservación y mantenimiento. La desembocadura tiene agua putrefacta y ya hace seis años que nadie retira las cañas o la maleza que se acumulan, pese a las peticiones de los vecinos de Marenys.

Tanto es el abandono que la única manera que han encontrado es retirando entre todos los vecinos voluntarios los plásticos y la suciedad que hay en el río. Pero con esto no es suficiente, aseguran, y piden una buena canalización y laminación, ya que en ambos ríos de la Safor el agua no transcurre bien, las cañas y la suciedad de los caudales impiden que el agua baje con normalidad hasta la desembocadura, y eso hace que se produzcan desperfectos e inundaciones. Además, las cañas secas constituyen un auténtico polvorín que facilita que se generen incendios en la zona.

Otro tanto ocurre en el caso de l'Horta. El barranco del Carraixet está en un estado «lamentable», según el alcalde de Alfara del Patriarca, Llorenç Rodado, que aseguró que está lleno de basura y de residuos, además de las cañas impiden el paso tanto a pie como en coche. «Esto es una reivindicación histórica. A principio de legislatura nos reunimos todos los alcaldes de los municipios implicados en Olocau, donde se encuentra el nacimiento de los barrancos, y decidimos llevar a cabo esta protesta».

A ese respecto, señaló que los responsables acudieron a la Confederación Hidrográfica del Júcar para llegar a un acuerdo sobre la situación, que concluyó con la recepción de recursos económicos con la condición de «poner nosotros la mano de obra de la restauración y limpieza de la zona». Pero en el caso del Carraixet, al parecer, el problema no está solo en el cauce, sino también en los caminos y viales de alrededor. Rodado indicó que las cañas y la hierba impiden que esta zona esté en buenas condiciones, «algo que es de vital importancia para nosotros».

Por su parte, las declaraciones del alcalde de Almàssera, Ramón Puchades, apuntaron en la misma dirección. «La zona está para que actúen ya. El problema va desde arriba del barranco hasta la parte más cercana al mar, pero lo que corresponde a mi municipio puedo asegurar que está en malas condiciones», aseguró. Además, añadió que la zona del barranco del Carraixet a la altura de Almàssera tiene agua y todo lo que cae en ella acaba brotando. «Tenemos mucha vegetación y la zona está para que actúen, pero llevan mucho tiempo sin hacer limpieza», refiriéndose a la Confederación Hidrográfica.

Por lo que respecta al barranco Pascual del Puig, que pasa por el centro urbano, desde el Ayuntamiento de Puçol aseguraron no haber tenido ningún problema en la zona, puesto que cada verano, antes de la época de lluvias, se encargan de dejar limpio el barranco de cañas y vegetación para evitar que el agua las arrastre. Del mismo barranco al municipio del Puig le corresponden dos tramos. Uno de ellas, en obras, está «en perfectas condiciones» según la alcaldesa Luisa Salvador. Sin embargo, la zona que está pasando la carretera vieja de Barcelona está «sucia, llena de cañas y restos de podas. En algunos puntos llegaban a acumularse electrodomésticos y muebles viejos que tuvimos que retirar nosotros mismos».

Un ejemplo de barranco en mejores condiciones lo ofrece el de la Saleta, que recorre los municipios de Aldaia, Alaquàs y Xirivella. Todos los años, los consistorios solicitan permiso a la CHJ para proceder a su limpieza y evitar las avenidas que a menudo se producen en el casco urbano de Aldaia. Este municipio pidió el permiso pertinente al organismo en diciembre del año pasado para proceder a estas tareas y recibieron la autorización el pasado mes de junio para comenzar los trabajos nada más pase el verano.

En este tramo, la CHJ anunció este año que se replanteará el proyecto de actuación para la canalización que conecta este cauce con el barranco del Poyo con el fin de incrementar el caudal y evitar los desbordamientos que afectan a Alaquàs y Aldaia.

En el municipio de Torrent la situación también es más favorable porque las tareas de limpieza y mantenimiento de barrancos se realizan todos los años para mantener la vegetación controlada y eliminar residuos, sobre todo en las zonas donde coincide con el casco urbano y con algunos núcleos diseminados, como es el caso de la urbanización del Pantano, que está ubicada junto al cauce del barranco de la Saleta. El objetivo es prevenir el riesgo de inundación en invierno y de incendios en verano, aunque no siempre se ha conseguido el permiso de la CHJ para poder actuar en algunas zonas y los trámites se alargan en el tiempo.

También Catarroja solicitó a la Confederación la limpieza de los márgenes del barranco del Poyo a su paso por el municipio a principios de este mes y «estamos esperando una contestación», señalan fuentes municipales. A pesar de que el riesgo de inundaciones se redujo notablemente con las obras de encauzamiento, la vegetación sigue creciendo y adueñándose del cauce si no se realiza el mantenimiento adecuado. Además, el consistorio también ha solicitado la limpieza del camino que lleva hasta el Tancat de la Pipa, en el parque natural de la Albufera, propiedad de la CHJ.

En la comarca de La Marina la situación más alarmante es la de Dénia, donde el concejal de Medio Ambiente, Josep Crespo, resume de forma muy gráfica lo que sucede: «La CHJ ni está ni se le espera». Es la afirmación que realiza para criticar el abandono en zonas como el barranco del Montgó y en las zonas de Marines, Rotes o el cauce del río Girona, repletos de maleza.

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