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Envases que advierten de riesgo biológico, en el antiguo local del ambulatorio Vicent Clavell. :: J. MOnzó
Sanidad investigará el abandono de datos de pacientes en un ambulatorio

Sanidad investigará el abandono de datos de pacientes en un ambulatorio

La conselleria asegura que los recipientes que advierten de «riesgo biológico» aparecidos en el local no contienen sustancias peligrosas

J. A. MARRAHÍ

Martes, 17 de mayo 2016, 00:36

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La Conselleria de Sanidad anunció ayer que investigará el abandono de documentos con datos de pacientes tras el reciente desalojo del centro de salud Vicent Clavell de Valencia. En cuanto a los recipientes con etiquetado que advierte de «riesgo biológico» y que también se encuentran en el bajo, la conselleria asegura que no contienen «ningún residuo que sea peligroso para la salud pública».

Como avanzó LAS PROVINCIAS el domingo, el descubrimiento de este material se produjo el pasado lunes, en la calle Fontanares. El propietario, Vicente Montagut, entró en su local después del reciente cambio de ubicación del ambulatorio. Allí se encontró con material e instrumental médico, envases sanitarios, documentos de pacientes, destrozos en techos y paredes y una inundación de aguas fecales.

Uno de los asuntos más delicados es el hallazgo de un análisis de sangre y de un parte de asistencia de dos pacientes menores de edad. A este respecto, Sanidad fue muy clara: «De ser cierto que existe aún documentación de este tipo en el local se investigará el motivo».

Según amplía la conselleria, «se facilitó a todo el personal sanitario del antiguo centro de salud contenedores para el traslado de documentación sensible y confidencial con datos clínicos de pacientes». Sin embargo, al menos estos documentos quedaron al descubierto. La Ley de Protección de Datos remarca que la información de pacientes deben estar protegidos «por un alto nivel de seguridad».

Otra cuestión que despertó la inquietud de Montagut fueron los envases que advierten de riesgo biológico. Sanidad explicó ayer que un cubo que reza «materias infecciosas» se usaba, en realidad, para tirar «plásticos o papeles». En la misma estancia hay, además, seis envases amarillos bien cerrados en los que se lee claramente: «riesgo biológico». Al menos uno de ellos contiene una sustancia líquida. Según fuentes sanitarias, estos pequeños contenedores con asas se suelen emplear para depositar material de curas ya utilizado.

Destrozos en el inmueble

El dueño del bajo también se topó con destrozos en el techo y paredes. Hoy, de hecho, prevé reflejarlos en un acta notarial junto con los otros asuntos descritos. Según Sanidad, se deben «a la recuperación y desmontaje de máquinas climatizadoras, cuadros y mecanismos para su reutilización en la nueva ubicación» del ambulatorio. «Y no se han reparado ante la imposibilidad de entrar al local de nuevo». En previsión de realizar obras de adecuación para su entrega, el departamento autonómico ha reservado 25.000 euros «para el desmontaje de todas las instalaciones, la eliminación de todas las particiones y la retirada del falso techo». Pero según Sanidad, «dichas actuaciones requieren de autorización previa de licencia de obra o proyecto de demolición por parte del Ayuntamiento».

Tanto la conselleria como el departamento de salud están «a la espera de que la autoridad judicial se pronuncie sobre el estado en que debe dejarse el local, habida cuenta de la discrepancia entre lo que obra en el contrato y lo solicitado por el propietario».

El bajo, alquilado por la administración autonómica en los años 70, fue desalojado el pasado 4 de enero, en medio de una demanda de desahucio por parte del dueño tras retrasos en las mensualidades. Las llaves se depositaron en la Abogacía de la Generalitat el 15 de enero. Desde esa fecha el personal sanitario no ha accedido al bajo y «nadie ha hecho mantenimiento desde el cierre del centro», detallan desde Sanidad.

En la reapertura, Montagut se topó con una filtración de aguas fecales. Pero según la conselleria, «en el momento del traslado no existía ninguna fuga en la red de saneamiento horizontal y esa inundación debe ser posterior». Sanidad mantiene que el sistema «ha sido reparado y mantenido durante 42 años por el departamento de salud porque la comunidad de propietarios nunca ha querido hacerse cargo, pese a que las fugas eran constantes».

El dueño también aludió a un «olor químico» que relaciona con el material médico acumulado y las filtraciones. Pero Sanidad cree que responde a «pérdidas de la red de saneamiento vertical debido a la antigüedad y que obligó a colocar ocho extractores para renovar el aire».

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