Borrar
César Bona, durante la conferencia de ayer. :: conselleria de educación
«Los deberes no pueden quitar la infancia a los niños»

«Los deberes no pueden quitar la infancia a los niños»

César Bona, maestro español finalista del 'premio Nobel' de la educación, comparte su receta: «El verbo más importante para enseñar es escuchar»

J. BATISTA

Sábado, 30 de enero 2016, 22:56

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El maestro César Bona saltó a la fama tras ser el único español finalista en los Global Teacher Prize, considerados los 'premios Nobel' de la educación. Su popularidad le ha llevado a pasar de las aulas a los escenarios, donde transmite las ideas que fundamentan su método de enseñanza, basado en que los alumnos sean la parte más activa de clase. Ayer intervino en el Palau de Les Arts abriendo la jornada 'Edusiona't', que fue ideada por la conselleria y contó con la presencia de 2.000 personas, casi todas docentes.

Su conferencia no iba de técnicas pedagógicas ni de modelos de éxito. Se centró en la vertiente humana de la enseñanza, aunque también dejó entrever su postura ante temas actuales como el exceso de deberes, que no comparte. Habló sobre cómo relacionarse con los alumnos, de la confianza para implicarlos en el día a día -«ningún niño debe venir a sufrir a clase»- y también de motivación para el profesorado, incluyendo dosis de autoexigencia.

En cuanto a las tareas en casa, recurrió a una de las muchas anécdotas que salpicaron su intervención. Habló de la hija de una expareja a la que Bona, «cuando era un maestro absolutamente inflexible», le insistía para que dedicara todas las horas necesarias para sacarlas adelante.

«Hay miles de niños que están haciendo deberes hasta la cena, y luego siguen. Ahora me he dado cuenta de que el tiempo vuela. Esta niña tendrá unos trece años, entonces tenía seis, y su infancia ha volado. Y no podemos permitir que vuele. Siempre digo a los padres que lo ideal es crear un hábito de trabajo, organizarse un poco pero tener siempre tiempo para otras cosas. Es necesario que jueguen, que disfruten de la infancia y que los padres disfruten de los niños», señaló. Bona, que apenas recurría a los deberes en sus clases, extendió la idea tras la conferencia. «El exceso de hoy en día no lo veo adecuado. No es tanto deberes sí o no, sino algún tipo de organización del trabajo. Hay que fomentar que los niños, al día siguiente, vengan con hambre a la escuela», explicó a LAS PROVINCIAS.

También enumeró algunas de las características que considera necesarias en cualquier profesor, como la capacidad de escuchar -«el verbo más importante para enseñar»- y de entender al niño para ponerse en su lugar. Se refirió al fomento de la imaginación y la creatividad de los alumnos -«les viene de fábrica»-, y a la importancia de colaborar con la familia: «Imaginad a un niño que va a clase sabiendo que su maestro y sus padres trabajan en equipo. Todo será mucho más fácil».

También se mostró a favor de impulsar el trabajo por proyectos globales en el aula, de manera que «la Lengua, las Mates, el Inglés y la Historia formen parte de un todo», y destacó el peso de la lectura, fomentando el hábito «como premio, no como castigo u obligación».

En cuanto a los mensajes al profesorado, les exhortó a ilusionarse -«no podemos entrar quemados en una clase, hay que dejarlo fuera»- y a confiar en su alumnado. «Siempre tenemos que darles confianza, y cuanto más difícil sea un niño más debemos esforzarnos. A todos nos han dicho eso de 'eres un desastre, esto no lo harás bien nunca', y queda grabado de forma indeleble. También se quedará para siempre si les decimos 'yo confío en ti', pero el resultado será completamente diferente», explicó.

Bona destacó la necesidad de permitir que los niños participen, «que se sientan escuchados y útiles», poniendo como ejemplo actividades de carácter social: «Hacerlos mejores colectiva e individualmente es el principal reto de la educación». Incluso jugueteó con utopías. «¿Os imagináis a todos los colegios trabajando la concienciación social?», se preguntó. Quizá su frase más emocional fue la que cerró la conferencia: «Sed los maestros que querríais para vuestros hijos».

La jornada se completó con la intervención de Hilari Garcia, director de la Orquesta Filarmónica de València, quien destacó que la música «forma ciudadanos que se sienten parte de una comunidad», y de Mar Romera, presidenta de la asociación Francesco Tonucci, que se mostró a favor de una escuela «que se parezca más a Harry Potter que a la Lomce, porque el juego y la imaginación son derechos del niño».

El conseller de Educación, Vicent Marzà, inauguró la jornada y la definió como un acto para compartir «la ilusión de enseñar», y concluyó apuntando que «necesitamos pasar de ser la comunidad de la vergüenza (en referencia a los últimos casos de corrupción ) para pasar a ser una comunidad educadora para formar a personas libres».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios