¿Te han robado el móvil?

Puede ser que seas un joven que con mucho esfuerzo, tuyo o de tus padres, hayas adquirido un 'smartphone' de última generación. Como tantos otros jóvenes te llevarás ese móvil allá donde vayas. Harás fotos, whatsapearás con tus amigos, escribirás comentarios en las redes sociales, y todo el sinfín de posibilidades que permiten dichos dispositivos, pero no te darás cuentas que algunos ojos te observan Y esos ojos no tienen buenas intenciones.

A la mínima que te despistes o incluso con violencia y/o intimidación te sustraerán tu teléfono. Te llevarás el gran disgusto. Como es normal irás a la Policía a interponer denuncia, bloquearás la tarjeta llamando a la operadora, incluso bloquearás el IMEI e intentarás localizar el teléfono mediante las diferentes aplicaciones existentes. Pero todo será en vano. Nunca volverás a ver tu preciado 'smartphone'.

Pero no creas que has sido víctima de un vulgar chorizo. Ni mucho menos. Has entrado a formar parte de las víctimas de una mafía que se nutre, entre otras cosas, del botín de esos delitos de forma continuada (al menos eso intentan). A los días, y en el caso de que tu móvil sea un iPhone (supongo que en otras marcas y modelos de alta gama ocurrirá lo mismo) recibirás un mensaje SMS igual o similar.

Varias cosas te deberán llamar la atención de ese SMS. La primera el número de teléfono desde el que te ha sido enviado. El prefijo 212 corresponde a Marruecos. La segunda las faltas de ortografía y de dicción de las frases: iphone en vez de iPhone, depertemento en vez de departamento, perdidas sin acento, despositivos por dispositivos, y apple en vez de Apple. Si esas cosas no te han llamado la atención y te has llevado una gran alegría porque tu móvil ha sido encontrado, entrarás en el enlace a través del cual te piden que contactes y

¡Vaya! Parece que hemos entrado en al página de iCloud de Apple donde poniendo la dirección de correo electrónico con la que nos registramos en Apple y la contraseña que elegimos en su día podremos saber dónde se encuentra nuestro apreciado iPhone. Vamos a ver qué pasa

Pues nada, que nos dice que la verificación de usuario y contraseña ha sido aceptada y que pulsemos en el icono para saber dónde se encuentra nuestro iPhone, cosa que así hacemos y

¡Et voilà! Nuestro iPhone cerca de Kawartha Lakes, Canadá. Pelín lejos si queremos ir a por el. Pero ¿seguro que está ahí?. Pues no. No está ahí.

Si en la página de iCloud a la que hemos accedido a través del link al que tan amablemente el depertemento de perdidas nos pedía que accediéramos, ponemos cualquier dirección de correo electrónico y contraseña obtendremos siempre el mismo resultado.

¿Cuál es la finalidad de todo esto?.

Muy sencillo. Si los malos obtienen el usuario y contraseña correctos muy posiblemente puedan desbloquear el móvil. Pero además podrán hacer compras en la App Store si tenemos una tarjeta bancaria asociada a nuestra cuenta. Pongamos por caso que ellos mismos han creado una app que apenas sirve para nada pero que cuesta un ojo de la cara. Si ellos la compran varias veces a través de las cuentas de aquellos a los que les han levantado el móvil el negocio es redondo.

¿Cómo obtienen los datos de teléfono, apellidos y correo electrónico del propietario del móvil?

Muy sencillo, poniéndolo en marcha. Si no hemos tenido la precaución de ponerle un código de seguridad o por comodidad no se lo hemos puesto, podrán acceder a los datos que guarda nuestro terminal sin más. Y no sólo a los datos antedichos, sino también a nuestros contactos, a los mensajes de correo electrónico que guardemos en nuestro iPhone, a las fotos, etc. Lo único que no podrán hacer, de momento, será realizar llamadas ya que la primera barrera será el PIN de la tarjeta, y además lo más normal es que hayamos bloqueado dicha tarjeta y el móvil a través del IMEI. Y tendrán la precaución de no conectarlo a Internet ya que entonces sí que sabríamos donde se encuentra nuestro teléfono, ya que mediante el iCloud bueno en el momento que nos lo robaron deberíamos de haber tenido la precaución de activar la opción de avisar a otro teléfono cuando el iPhone se conecte a Internet.

Y hasta aquí lo que se puede contar. Lo que no se cuenta sí que lo sabe la Policía, ya que no existe el crimen perfecto, y estos delincuentes cometen fallos. Fallos que permiten llegar a los mismos y acabar con su actividad. Más pronto o más tarde, pero que os aseguro que se acaba con ellos.

Para terminar ¿hay solución a este problema?. Puede haberla. No hacer ostentación del móvil en grandes aglomeraciones o locales de ocio. No dejar el móvil encima de la mesa de la terracita del bar mientras tomamos una consumición. En definitiva, tener el teléfono lo más cerca posible de nosotros, en contacto con nuestro cuerpo, en un bolsillo del pantalón o en el interior de la chaqueta. Saber que es objeto apetecible para los delincuentes y prevenir dicha situación.