Los impuestos subirán para tiendas céntricas y coches de alta gama

El alcalde Joan Ribó desveló ayer las novedades de las ordenanzas fiscales de 2016, donde una de las principales incidencias es el aumento del Impuesto de Bienes Inmuebles a las tiendas céntricas y las grandes superficies comerciales. El coeficiente municipal del recibo pasará del 0,806 al 1,10 en los casos de un valor catastral de más de 250.000 euros en la propiedad.

Esta jerga administrativa tiene una fácil traducción: el 30% de los comercios del centro histórico y el Ensanche pagarán más, según afirmó Alain Tabernero, propietario de la agencia Alain Servicios Inmobiliarios, una de las compañías más activas en la compraventa de locales en Ciutat Vella.

«Hablamos de toda la calle Colón, Juan de Austria y demás», añadió. El valor catastral de 250.000 euros equivale a un precio de mercado que ronda los 600.000 euros, lo que incluye prácticamente a toda la zona premium del centro.

El alcalde Ribó dijo en su comparecencia que este incremento supondrá un aumento en la recaudación de unos doce millones de euros, aunque matizó varias veces que «no afectará al pequeño comercio de barrio, a la carnicería o al ultramarinos».

Hasta ahí se mostró de acuerdo la asociación de comerciantes del centro y el Ensanche, aunque fuentes de la entidad indicaron que en las tiendas céntricas «puede suponer un daño y que los inversores se vayan ante anuncios como el de hoy. Es un daño al comercio», indicaron.

Alain Tabernero dijo que «no importa tanto la superficie como la ubicación del local», en respuesta a la indicación del alcalde que el incremento de la cuota incluirá a comercios de más de 400 metros cuadrados. El experto citó como ejemplo una operación que cerró hace poco en la plaza del Ayuntamiento: «el local tiene 140 metros cuadrados pero la venta se cerró por 2,6 millones de euros».

Las ordenanzas fiscales entrarán en vigor el próximo 1 de enero, mientras que tres meses más tarde se pondrá al cobro el Impuesto de Bienes Inmuebles, una de las principales vías de financiación del Ayuntamiento. Este año, la previsión es ingresar 205,5 millones de euros.

La asociación de comerciantes pidió al gobierno municipal consenso antes de aprobar la medida. «Debe reunirse el Observatorio del Comercio para tratar este tema», precisaron, para recordar que estas cuestiones «deben pasar por esa mesa donde están todos los sectores afectados, igual que debía haber ocurrido con la zona 30».

El alcalde, acompañado por el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, dijo que el incremento en el impuesto afectará a un 4% de los comercios de la ciudad. «Esa cifra es baja de ese modo, pero si se mira en Ciutat Vella entonces el porcentaje sube mucho más», indicaron desde la asociación de comerciantes.

Otro de los perjuicios para los empresarios es que «algunos contratos de arrendamiento incluyen que el inquilino pague los impuestos, por lo que seguramente les repercutirá también esta subida», reiteró Tabernero a LAS PROVINCIAS.

El valor catastral de más de 250.000 euros afecta de lleno a los centros comerciales pero también a los supermercados, algo que reconocieron tanto Ribó como Vilar. Las ordenanzas se aprobarán hoy en una junta de gobierno extraordinaria, tras lo que se expondrán al público para la presentación de alegaciones.

El alcalde abogó por la «equidad tributaria» en la lucha contra el fraude y la adopción de medidas como la citada. Defendió que las grandes ciudades españolas aprobaron hace años este incremento del Impuesto de Bies Inmuebles atendiendo «a los usos y a partir de un determinado valor catastral, con unos tipos diferenciados que se fijan en un 1,10%».

De este apartado están excluidas las viviendas, los hospitales, los edificios destinados a beneficencia, docentes y museos. Sirva como ejemplo que la Ciudad de las Ciencias, una de las deudoras principales cada año en el cobro de este impuesto, se queda fuera del incremento.

Fuera de los comercios, otras actividades donde se aprobará el aumento del tipo serán las de ocio y hostelería, para aquellos casos donde el valor catastral sea superior a 3.345.000 euros. En este caso afectará al 9% de todos los inmuebles registrados para este uso en la ciudad.

Se trata en su mayor parte de hoteles y grandes establecimientos hosteleros. También hay una previsión para los dedicados a espectáculos, industrial, oficinas, almacenes y deportivos. En este último caso, al ponerse el valor catastral mínimo en 2.533.342 euros, la previsión es que el aumento de la tributación sea para los estadios de fútbol y los clubes privados de tenis.

Aparte se encuentran los inmuebles propiedad de la Iglesia que no están dedicados al culto. En este caso el valor catastral mínimo se ha fijado en 842.328 euros, aunque el concejal de Hacienda matizó que la Ley de Mecenazgo impide cobrar este impuesto a los inmuebles cuyo titular sea la jerarquía eclesiástica.

«No podemos cobrarlo pero pediremos al Gobierno una compensación por la misma cantidad», dijo el alcalde, en un apartado donde se citaron como ejemplo los edificios de la Universidad Católica e incluso se llegó a insinuar que ocurre lo mismo con el Palacio Arzobispal.

El último de los aumentos que aparecerá en la matrícula del próximo año se refiere a las empresas que trabajan en el puerto. Las llamadas contribuciones especiales tendrán un coeficiente del 1,10%.

El alcalde se mostró convencido de que «los vecinos verán que las tasas e impuestos no subirán, aunque hay otra subida prevista en el Impuesto de Vehículos. Dos de los tramos de coches y motocicletas registrarán incrementos, en este caso para los de gama más alta.

Así, el recibo de 20 caballos fiscales en adelante tendrá un aumento de alrededor de nueve euros, mientras que en el caso de las motos las de más de 1.000 centímetros cúbicos pagarán cuatro euros más. Fuentes municipales indicaron que la recaudación subirá 120.000 euros.

Las bonificaciones fiscales acogerán a los que coloquen placas solares, mientras que para el Impuesto de Actividades Económicas se crea una nueva categoría de vías públicas, con el propósito de beneficiar a las compañías que se radiquen en el barrio del Cabanyal. Pasarán de un coeficiente de 2,03 a 0,30. La excepción serán las dedicadas a transporte, banca y seguros.

El límite estará situado en la calle Eugenia Viñes, donde ya no estará vigente la bonificación. Otro de los descuentos se situará en las licencias de rehabilitación, que llegará al 90%. La idea, precisó el alcalde, es favorecer esta actividad.

Los cambios siguen con los tramos de aplazamientos y fraccionamientos de deuda. Se pasa de seis a siete, aunque más importante es que los plazos aumentan para los morosos que deban hasta 1.350 euros, con lo que se espera también aumentar la recaudación.

Por último, Ribó destacó el incremento de la tasa de cajeros automáticos situados en las calles. Recordó que la incorporación de este cobro fue a raíz de una moción suya. Como desde 2013 se han actualizado los valores catastrales, según los datos del Ministerio de Hacienda el coeficiente asciende a 1,331. De este modo se subirá un 33% las tarifas para cada una de las tres categorías de vía públicas actuales.

El concejal popular Eusebio Monzó dijo que «han bastado tan sólo tres meses para que el actual gobierno municipal suba los impuestos a la actividad económica y productiva de la ciudad». El edil alertó de un incremento de impuestos al sector del ocio, la hostelería, oficinas y profesionales que «son sectores fundamentales de nuestra economía y están directamente vinculadas con el turismo que está siendo sin duda una de las actividades que con más fuerza están contribuyendo a la recuperación económica».