El tripartito de Puçol veta las misas en el local social de la playa y ofrece un parking

Los más de cien feligreses que desde hace cuatro años celebraban la misa dominical en la plaza con sombra del centro público Espai Voramar de Puçol han tenido que marcharse con la fe a otra parte. El nuevo gobierno de Puçol, un tripartito formado por Compromís, PSPV y Esquerra Unida, ha denegado el permiso para celebrar las eucaristías, tal y como se venía haciendo hasta ahora, en la plaza anexa al edificio municipal, al considerar que "este espacio no puede ser dedicado a culto religioso".

El veto ha indignado a los feligreses, vecinos y visitantes que pasan sus vacaciones de verano en la playa de Puçol y que acudían a misa a estas dependencias cada domingo, a las ocho de la tarde.

En una carta dirigida al equipo de gobierno, una de las familias afectadas por la decisión lamenta que no puedan mantener una actividad que "no interfiere con ninguna otra de este edificio, que está cerrado a la hora de la misa dominical". La convocatoria religiosa siempre se oficia fuera del inmueble, por lo que no genera ningún gasto de luz. Tampoco requiere ayuda de personal municipal o policía. "Son los propios feligreses los que sacan las sillas y después las guardan en el almacén contiguo. No se molesta a nadie", recalcaron unos vecinos.

La familia que ha remitido la carta pide al ejecutivo que explique "porqué se puede destinar la plaza más grande del paseo marítimo, todas las tardes, a ejercicios gimnásticos y aerobic y no se cede con el mismo criterio a celebrar el amor a Dios y a nuestros hermanos". "Nuestra familia y otras muchas personas estamos muy tristes e indignadas" con la decisión.

El alcalde de Puçol, Enric Esteve, de Compromís, salió al paso de las críticas recalcando que no han prohibido nada "porque les hemos dado la opción de celebrarla en otro sitio. Consideramos que el único espacio local público que hay en la playa no debe acoger actos religiosos. Por eso, les planteamos una alternativa, utilizar el aparcamiento situado al lado, debidamente acotado, pero la alternativa no les pareció bien".

Llegados a este punto, otra de las soluciones al conflicto que baraja el nuevo gobierno sería "acondicionar una parcela de 600 metros cuadrados que hay muy cerca para celebrar ésta y otras actividades pero hay que asfaltarla y crear una zona de sombra desmontable. Si hay presupuesto y se puede hacer ya, se hará y, si no, trataremos de acometer los trabajos lo antes posible", subrayó el primer edil.

Para los feligreses la propuesta de celebrar la misa en un parking no ha gustado nada. El propio párroco en un comunicado a la feligresía explica que no se iba a aceptar la propuesta porque el espacio ofrecido es "insuficiente" y por estar a pleno sol. Cabe destacar que muchos de los vecinos que acuden son de avanzada edad. Ya sólo el hecho de estar en un aparcamiento generaría, además, "molestias a las personas que, a esas horas, las ocho de la noche, cogen el coche para irse a su casa en plena campaña veraniega", matizaron fuentes próximas a la parroquia.

Hasta el Partido Popular de Puçol, que mostró su contundente rechazo en las redes sociales, envió un comunicado denunciando la "prohibición del nuevo equipo de gobierno sobre la utilización del Espai Voramar para la celebración de la misa de los domingos", al considerar que la medida es "antidemocrática y sectaria, impide a muchos vecinos, residentes y visitantes de nuestra playa el derecho a disfrutar de un espacio tranquilo y cómodo en dónde ejercer libremente sus manifestaciones religiosas".

Las misas en la playa se hacían, antes de la remodelación del paseo marítimo, en una ermita situada en primera línea pero Costas obligó a demolerla, junto con el resto de edificaciones afectadas por el proyecto de lindes del Ministerio. Fue entonces cuando varios vecinos ofrecieron sus propios domicilios y patios para seguir celebrándolas. Ante el aumento de feligreses, la ubicación fue cambiando hasta que en 2011 se levantó este centro, que también acoge la oficina turística o el ambulatorio. El ayuntamiento, finalmente, autorizó el uso de este espacio externo con sombra al párroco y sus feligreses.

De momento, las próximas misas se celebrarán en una zona particular de la calle Riu Xúquer, frente a la explanada del camping Puçol.