Borrar
Urgente El precio de la luz sigue a la baja este Viernes Santo: las horas que costará menos de 1 euro
«Hemos invertido para nada»

«Hemos invertido para nada»

Afectados por las viviendas ilegales en Montroi critican la lentitud del proceso judicial

manuel garcía

Sábado, 18 de abril 2015, 20:32

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los folletos a todo color e impresos en papel de gran calidad fueron los primeros atractivos. Los viajes gratis a España en tratamiento de prácticamente un VIP también ayudaron a tomar la decisión. Los ingleses, pues en su mayoría son de esta nacionalidad, afectados por la situación de los chalés construidos presuntamente de manera ilegal en parte del término de Montroi, usan palabras como «frustración» y otras mucho más duras para referirse a esta situación.

Y es que son más de un centenar de familias las afectadas en este caso, que cumple sus primeras etapas en el juzgado de Picassent y por el que la fiscalía pide para el exalcalde de Montroi, Francisco Javier Carrión (PP), 16 años de prisión por estafa, un delito contra la ordenación del territorio y otro de falsedad documental. Su sucesor en el puesto, Antonio Polo, se enfrenta a dos años de inhabilitación por no intervenir pese a que conocía la ilegalidad del proyecto que se remonta a 2003.

Uno de los afectados, quien, como la mayoría de sus compatriotas, prefiere permanecer en el anonimato, algunos de ellos aconsejados por sus propios abogados, explica que el hecho de tener que invertir grandes cantidades para acondicionar unas casas con carencias, en algunos casos extremos se habla de 250.000 euros inyectados, «me ha obligado a no poder jubilarme y a tener que seguir trabajando porque no podía pagar. Aquí hemos invertido mucho para nada en los últimos años; sé de gente que ha puesto paneles solares en su casa harta de abonar cantidades aún mayores para poder tener luz o un generador, que cuesta una fortuna».

«Los daños económicos son grandes y se pueden cuantificar, pero lo que no se puede es cuantificar los daños morales», relató este jubilado inglés, quien, en ocasiones, se reúne con muchos de sus compatriotas que viven en la zona, no sólo en Montroi, sino en municipios como Montserrat, Turís o Silla para pasar momentos de ocio.

«Antes sí hablábamos algo más de esto, pero ya lo hemos dejado de lado. Llevo esperando nueve años y apenas han puesto una piedra en mi casa. En otras han hecho algo más y otras sí las han acabado, ha sido una especie de lotería», relató con poco entusiasmo en su voz.

Otros han optado «por irse a vivir de alquiler a otros municipios de la Comunitat» e incluso algunos han vuelto a sus países de origen «hartos de todo».

«Estamos muy desanimados por lo que nos ha pasado en la última década», explicó este vecino originario de una ciudad del norte de Inglaterra y que prefiere no ofrecer datos personales. La explicación a todo lo ocurrido se justifica «en que vieron, por parte de estas empresas, que esto podría ser una fuente de ingresos muy rápida. Quisieron ir más rápidos de los que marcaba una época en la que parecía que era muy fácil ganar dinero». También denunciaron «la connivencia que ha habido por parte de los ayuntamientos, que han sido pieza clave para que esto siga adelante».

Todo comenzó a torcerse a mediados de la pasada década, entre los años 2003 y 2005 aproximadamente cuando no se inyectó el dinero suficiente para impulsar los proyectos y comenzaron los retrasos que pusieron la mosca detrás de la oreja de los compradores.

«Vimos que poníamos dinero y las obras no avanzaban. Preguntábamos qué pasaba y no nos daban una respuesta y el tiempo pasaba y pasaba. Hasta que muchos de nosotros nos hartamos y decidimos seguir la vía judicial que, más tarde que pronto, espero nos dé una satisfacción. No tanto que puedan ir a la cárcel, que eso nos interesa menos, sino que podamos ver resarcida nuestra situación económica, que es complicada en muchos casos», explicó.

Los precios que les ofrecían rondaban, como término medio, 120.000 euros para chalés de entre 80 y 120 metros cuadrados con parcelas de diferentes tamaños y un clima que, pese a todo, «nos sigue encantando». La falta de agua y luz en condiciones en algunas de las viviendas también ha sido obstáculo para poder disfrutar de una tranquila zona en la que también quedan preguntas en el aire por responder y donde no falta, pese a todo, el espíritu crítico de las políticas urbanísticas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios