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Las denuncias por malos tratos caen en los últimos cinco años pese a crecer las muertes

Cerca de un centenar de mujeres han perdido la vida en una década en la Comunitat por violencia doméstica

José Manuel Ortuño

Lunes, 26 de enero 2015, 11:48

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La lacra que significa la violencia de género para una sociedad parece que no va a desaparecer de la Comunitat. De lo contrario no se explica cómo los tres primeros asesinatos de mujeres en el presente 2015 en toda España han tenido lugar en el territorio valenciano. A 21 de enero se han producido ya la mitad de los fallecimientos que hubo en todo el año pasado por este tipo de hechos delictivos.

La última víctima ha sido Gisela, una alemana que fue hallada sin vida en un chalé de Orba (Alicante) en el que residía junto a su marido, quien, tras asfixiarla, se entregó a la policía de Berlín. El día 12, otra mujer y su hermana morían como consecuencia de los golpes que les asestó la expareja de la primera de ellas.

La cifra de asesinatos en la última década ha ido creciendo. Desde 2003, un total de 99 mujeres han muerto a manos de sus maridos, novios o exparejas. Estos números sitúan a la Comunitat en cabeza de la poco honrosa clasificación de regiones donde más féminas fallecen como consecuencia de la violencia de género. Según los datos que maneja el Ministerio de Sanidad, sólo Andalucía y Cataluña superan en esta fatídica lista al territorio valenciano.

Y, a pesar de todo ello, las denuncias por malos tratos continúan descendiendo en los juzgados valencianos. Una caída que parece que no se va a detener y que se da desde hace ya cinco años. Antes de la crisis económica, en 2007, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se presentaron un total de 11.833 en los nueve primeros meses del año. Esta cifra creció de un modo considerable en 2008 hasta las 14.589, llegando a las 14.791 en 2010. Sin embargo, hasta septiembre de 2014, el Observatorio de Contra la Violencia Doméstica y de Género sólo contabilizó 12.715.

"En muchas ocasiones, las mujeres no se encuentran lo suficientemente preparadas para presentar una denuncia", lamentó ayer a este periódico Maite Lafuente, de Amigas Supervivientes. "El problema es que no saben qué va a suceder después, ni tampoco conocen el proceso. Si la maltratada no se siente con fuerzas para enfrentarse a todo lo que viene luego y no encuentra el apoyo necesario, en muchas ocasiones se hecha para atrás, porque es muy duro", describió.

Otro problema a la hora de acudir al juzgado o a la Policía es el pavor. El pánico a encontrar represalias por parte del maltratador. "Existe el miedo porque están amenazadas. A veces, tanto ellas como las familias". Así sucedió en Elche, donde no sólo fue asesinada la expareja, sino también su hermana.

Maite Lafuente también tiene reproches hacia el sistema. "La justicia no es todo lo efectiva que debería. Está muy bien que se anime a denunciar porque es lo que debe hacerse, pero la víctima necesita percibir que va a estar protegida. Sin embargo, las órdenes de alejamiento que se imponen se saltan con demasiada facilidad", lamentó la presidenta de Amigas Supervivientes.

En ese sentido, añadió que si "un hombre quiere hacer daño, lo va a hacer, por eso creemos que sería necesario algo más efectivo que impida que se acerque a su expareja". Algunas maltratas llevan pulseras que ponen "en alerta a la mujer, pero apenas se utilizan. Además, surge un problema y es que la víctima se siente aún unida a su agresor".

En cuanto a la cifra de 99 muertas en poco más de una década, a Lafuente le parece "brutal. Son demasiadas. Cuando es por una enfermedad no hay más remedio que aceptarlo, pero que te maten por el hecho de ser mujer lo considero una barbaridad", sentenció.

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