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Una fumadora en una imagen de archivo.
El consumo de tabaco se reduce más de la mitad tras la aplicación de la ley

El consumo de tabaco se reduce más de la mitad tras la aplicación de la ley

Los valencianos han dejado de comprar 330 millones de cajetillas desde que en 2006 el Gobierno implantó la primera normativa

Joaquín Batista

Domingo, 11 de enero 2015, 21:01

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La polémica ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo ha tenido consecuencias claras y positivas para la salud de los valencianos. Al menos así se desprende de los datos publicados por el Comisionado para el Mercado de Tabacos, organismo autónomo adscrito al Ministerio de Hacienda, que marcan un descenso más que pronunciado en el volumen de ventas, y por extensión, del consumo.

Las cifras establecen que entre 2005 y 2014 la caída se ha situado en un 55,8%, al pasar de 589,51 millones de cajetillas vendidas a sólo 260,59. Son 329 millones menos. Hay que recordar que la primera norma restrictiva entró en vigor el 1 de enero de 2006. Fue la que prohibía, entre otras cuestiones, el consumo en lugares de trabajo, la que obligó a instalar mandos a distancia en las máquinas expendedoras y la que fijó la obligación de separar, en negocios de hostelería y ocio, las zonas de fumadores y no fumadores.

Cinco años después el Gobierno acometió la modificación de la ley, que empezó a aplicarse el 1 de enero de 2011, aumentando las restricciones. Es la situación actual. La medida más destacada, por la polémica que generó entre el sector hostelero, fue la prohibición de consumir en lugares de uso público, desde bares y restaurantes hasta en las inmediaciones de los parques infantiles o en los recintos hospitalarios, aunque estuvieran al aire libre.

Si se valoran las cifras desde el cambio de la ley el descenso se mantiene, si bien en este caso se ha pasado de vender 435 millones de paquetes (2010) a los 260,59 actuales (-40%). Aunque es cierto que las dos comparaciones no están completas al no estar disponibles los datos de diciembre de 2014 sólo llegan hasta noviembre, la estadística oficial apunta a una clara tendencia, pues el volumen de comercialización en las expendedurías baja año tras año.

Las cifras son distintas si se tiene en cuenta el valor económico de las cajetillas vendidas, tomando como referencia el precio de venta al público. En este caso también se produce un descenso, pero mucho menos acusado. Por ejemplo, en 2005 el montante total ascendió a 1.301 millones de euros, que se situó en 1.437 en todo 2010 (+10,39%) y en 1.129 en 2014, hasta noviembre (-13,27%). En otras palabras, la minoración es menor debido al continuo incremento de los impuestos como medida preventiva.

En cuanto al tabaco de liar, sólo se puede comparar la evolución desde la entrada en vigor de la modificación de la ley, pues en 2005 las ventas se cuantificaban por botes y no por kilos, como se hace ahora. En este caso, pese a ser un producto al alza en detrimento de la cajetilla, también hay caída. En 2010 se comercializaron 1.083.815 kilos, cifra que en 2014, a falta de los datos de diciembre, se situó en 890.460. La reducción es del -17,84%.

Ayuda para dejar de fumar

La estadística acredita que cada vez son más los valencianos que dejan de fumar. Francisco Camarelles, médico de familia y vicepresidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, recomienda, en caso de intentarlo de motu proprio, recurrir a guías oficiales donde se aportan claves para conseguirlo, como la elaborada por el Ministerio de Sanidad (Se puede dejar de fumar). También está la opción de acudir al médico de familia o en casos especiales recaídas o enfermedades específicas a recursos especializados en deshabituación. Desde Sanidad destacan que en la actualidad existen 38 unidades de este tipo.

En cuanto a los beneficios de dejar el tabaco, Camarelles destaca que a los tres meses mejora la función pulmonar, con menos tos, congestión y fatiga. Al año se reduce a la mitad el exceso de riesgo de padecer enfermedades asociadas, mientras que a los cinco las posibilidades de sufrir un infarto cerebral pueden ser similares a las de un no fumador. A los diez se minoran las opciones de padecer cáncer de pulmón y a los 15 el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares es el mismo que el de alguien que nunca ha consumido. En definitiva, se alarga la vida.

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