Borrar
Taller clandestino que un mecánico 'pirata' instaló dentro del remolque de un camión, descubierto en Silla.
La Generalitat cierra 350 talleres ilegales

La Generalitat cierra 350 talleres ilegales

Los mecánicos ‘pirata’ levantan negocios clandestinos en camiones, jardines y hasta casas particulares | La Policía Autonómica detiene a diez de sus responsables por vertidos tóxicos y explotación laboral

Juan Antonio Marrahí

Domingo, 21 de diciembre 2014, 20:21

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los agentes de la Policía de la Generalitat abrieron las puertas del remolque y se quedaron boquiabiertos. Allí, en la parte trasera de un camión sin cabeza tractora, estacionado en una campa de Silla, un mecánico pirata había montado su taller clandestino. Sin licencia, sin cartel, sin las mínimas medidas de seguridad y salubridad. Con restos grasientos y de aceites de motor repartidos aquí y allá. Con una furgoneta a medio pintar a la intemperie en vez de en las reglamentarias cabinas de pintura.

La descripción resume lo que se están encontrando los policías de la Generalitat que persiguen este tipo de negocios clandestinos. Desde que hace dos años iniciaron las inspecciones en un operativo bautizado como Clau Anglesa ya se han cerrado casi 350 talleres ilegales en toda la Comunitat, según fuentes de la Conselleria de Gobernación.

La emergencia de estos cuchitriles de la mecánica se enmarca en la crisis económica. Propietarios de coches viejos sin posibilidad de cambiarlo o asumir reparaciones de calidad en los talleres legales han buscado la solución en los irrisorios precios de los talleres clandestinos, negocios en manos de españoles, bulgaros, rumanos y suramericanos.

«Hemos llegado a encontrar algunos espacios con hasta 30 vehículos en espera», ilustra el inspector del Grupo de Medio Ambiente de la Policía Autonómica, Luis Martínez Curto. «Pero los clientes se exponen a reparaciones sin garantía, con piezas de recambio procedentes de desguace que pueden fallar en cualquier momento o provocar accidentes», alerta el especialista policial.

Los piratas de la mecánica suelen ser extrabajadores de talleres o simples aficionados que, una vez reunido un espacio más o menos discreto, algunas herramientas y máquinaria, se ponen manos a la obra. Sin licencia de actividad . Sin registro del negocio. Cobrando en negro y deshaciendose de residuos en lugares inapropiados. Y hasta ofreciendo servicios a domicilio. «Hemos llegado a encontrarnos gente cambiando a clientes un embrague en plena calle», describe Martínez.

También eluden los requisitos legales en la contratación de ayudantes o empleados, con «salarios lamentables y condiciones de trabajo peligrosas». En las más de 2.000 inspecciones, los policías se han encontrado con casos especialmente graves. Elevadores de coches a la intemperie en el jardín de una vivienda, cuñas para ruedas apoyadas en terrenos inesatables, instalaciones eléctricas saturadas y con riesgo de electrocución...

"Un vertido de aceite contamina un millón de litros de agua"

  • policía de la generalitat

  • Una de las claves de la guerra contra los talleres ilegales es el peligro medioambiental. «Un vertido de un litro de aceite usado de motor puede contaminar un millón de litros de agua», alerta el inspector del Grupo de Medio Ambiente de la Policía de la Generalitat. Y pone otro ejemplo matemático «Sólo cinco litros de este material que acaben en un lago como la Albufera generarían una capa en su superficie de 5.000 metros cuadrados, con un gravísimo peligro para la fauna acuática».

  • Los policías autonómicos han descubierto que algunos mecánicos de talleres clandestinos de la Comunitat abocaban sus residuos directamente al alcantarillado público. «Todo aquel que trabaja con materiales contaminantes debe contratar a un gestor autorizado para su retirada. Uno no se puede deshacer de ellos o de las piezas de un vehículo de cualquier manera, como hacen los talleres clandestinos», advierte el mando policial.

O ilegalidaes dentro de la ilegalidad: coches y herramientas que habían sido sustraídas y hasta una plantación de marihuana en uno de los talleres clandestinos. El hallazgo de la droga se produjo en la zona de La Punta, en un invernadero escondido en el altillo del establecimiento. Los casos más graves detectados hasta la fecha se han saldado con diez personas detenidas, la mayoría por delitos ambientales y de explotación laboral.

Los responsables de estos negocios se exponen, además, a multas por parte de la Conselleria de Medio Ambiente y la de Industria. «Y por su puesto, al cierre del local», añade el inspector de Medio Ambiente. Aún así, no todos escarmientan. «A veces hacen caso omiso y siguen operando o se reorganizan con sus herramientas en otro lugar».

Bidones junto a naranjos

Otra de las preocupaciones es el daño medioambiental de combustibles, gomas, piezas retiradas o aceite de los motores. «En los talleres legales nos gastamos mucho dinero contratando a gestores legales para la retirada de estos restos y en los clandestinos lo dejan donde les viene en gana», se queja el responsable de una empresa de reparaciones. Las inspecciones de la Generalitat lo corroboran. «En Massamagrell nos encontramos con bidones de 1.000 litros con residuos arrojados a un campo de naranjos», expone Martínez.

Eludir estos gastos obligados por la ley, adquirir recambios de bajísima calidad, emplear a trabajadores sin contrato, evitar el pago de impuestos... Son las estrategias de los talleres clandestinos para reducir el precio de sus inseguras reparaciones y atraer por el boca a boca a clientes en espacios como remolques, jardines, naves cerradas, descampados y hasta viviendas particulares. La operación Clau Anglesa sigue abierta para desenroscar la tuerca de su actividad ilícita.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios