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Una plaga de los pinos ataca el pulmón verde de El Puig

El 'Tomicus' obliga a talar más de 300 ejemplares en las dos zonas verdes del municipio y a poner en marcha un plan de control con urgencia

MARINA COSTA

Viernes, 22 de agosto 2014, 00:02

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valencia. El 'Tomicus' perforador está haciendo de las suyas por toda la comarca de l'Horta. Este voraz insecto, que aprovecha el debilitamiento de los pinos por la extrema sequía para colonizarlos, ya ha obligado a talar más de 300 en El Puig. El mayor pulmón verde del municipio, la montaña de La Patà, es el principal perjudicado por el avance de esta plaga, que fue localizada en el mes de mayo.

Las talas de centenares de ejemplares, también en localidades como Paterna o Torrent, están convirtiendo el avance de este insecto en un verdadero problema. La población de El Puig también le ha declarado la guerra a este hiperactivo coleóptero que es capaz de dejar en en un pino más de 5.000 orificios.

La primera medida preventiva ha sido «la tala de árboles para frenar la extensión de la plaga pero también estamos probando ahora con un novedoso producto fitosanitario del que todavía no sabemos el resultado. De momento, no existe un remedio de este tipo efectivo al cien por cien pero lo estamos intentando todo», explica el concejal de Agricultura y Medio Ambiente, Vicente Puchol. La tercera medida que iniciará El Puig en breve será la colocación de trampas con feromonas para atraer a los insectos. La medida empezará a partir de septiembre, ya que es cuando se pueden conseguir resultados.

La zona más afectada de El Puig es la montaña de La Patà aunque también se ha detectado 'Tomicus' en la de Santa Bárbara. «Estamos trabajando muy intensamente en este tema porque el avance del insecto es muy rápido. Cada día aparecen ejemplares dañados y el problema se está extendiendo, hay muchas pinadas afectadas ya por todas partes». La extrema sequedad del terreno está provocando el debilitamiento de los pinos y, por tanto, una reducción drástica de la resina, la principal defensa en estos árboles.

Esta 'bajada de defensas' externa es la principal puerta de entrada del insecto, que coloca larvas y realiza numerosos túneles y orificios. Las crías realizan múltiples galerías que son las que acaban impidiendo la circulación de la savia y el agua.

La primera alarma en El Puig saltó en primavera «cuando algunos árboles presentaban tramos secos y de un color amarillo apagado bastante característico». Se pidió asesoramiento a los técnicos de la Consellería que confirmaron el problema. En el caso de la masa boscosa de La Patà, se suma una característica peculiar: su predominio rocoso. «El entorno en el que crecen los pinos es complicado, puesto que la montaña es prácticamente roca. Esto hace que los árboles crezcan en precario pero es algo sobre lo que no no nos hemos fijado hasta que el problema de la sequía se ha agravado».

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