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Una de las terrazas de Benidorm, ayer, repleta de público. :: alex domínguez
Vecinos y hosteleros de Benidorm piden más policía ante los excesos

Vecinos y hosteleros de Benidorm piden más policía ante los excesos

El ayuntamiento admite que hay más ruido en la calle por culpa de la ley antitabaco y apela a la flexibilidad para conciliar fiesta y descanso

J. A. MARRAHÍ

Sábado, 2 de agosto 2014, 23:22

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Los vecinos de Benidorm que han pedido ayuda a Gobernación ante los excesos por ruido y escenas de sexo en la calle no están solos. Los hosteleros también consideran que «el salvajismo tiene que combatirse y pagarse», al tiempo que exigen un aumento de las patrullas policiales en los puntos más críticos de la localidad costera «para que una situación que de momento es puntual no se vaya de las manos».

Así lo expuso ayer el presidente de la Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm y la Costa Blanca (HOSBEC). En opinión de su presidente, Antonio Mayor, «en Benidorm hay que tener tolerancia con la fiesta, eso es evidente, pero con inteligencia». El responsable de HOSBEC considera que el Ayuntamiento «debe ponerse las pilas y ponérselo más complicado tanto a los gamberros como a los locales que no cumplen los límites».

La reiteración de actos sexuales a plena luz del día, los griteríos en calles del centro y el volumen desmesurado de algunos pubes han despertado la indignación de un grupo numeroso de vecinos. Bajo el nombre de Plataforma Contra el Ruido, ya han reunido un millar de firmas de vecinos. Preocupados por la «desidia» mostrada hasta el momento por las autoridades municipales, el miércoles se reunieron con responsables de la Conselleria de Gobernación en busca de soluciones.

Los hosteleros, que también han mostrado sus quejas a Gobernación, reconocen que los vecinos «son los más perjudicados» y demandan «sentido de la ciudadanía» a las autoridades para intentar paliar el problema. «Se puede ser permisivo, pero dentro de un orden y no creemos que establecer los límites que marcan las normas perjudique al turismo de Benidorm, sino más bien al contrario», razona Mayor. «No podemos estar día y noche a 3.000 decibelios o que algunos vecinos y veraneantes tengan que soportar música de baile a las cuatro de la tarde», reclama el responsable hostelero.

Admite que no es fácil conciliar el derecho a la fiesta y el del descanso. Estima que la solución pasaría por «un incremento de las patrullas por aquellas zonas que soportan un mayor ruido y en las que se producen los habituales actos vandálicos u obscenos». En su opinión, «el problema todavía no está extendido tanto y son cuatro zonas muy conocidas las que requieren ese plus de vigilancia».

Detener, multar o clausurar

Una de las claves, esgrime, «pasa por detener, multar o clausurar el local a quien comete excesos o no respeta las normas que limitan el ruido». En cuanto a los desfases dentro de los propios hoteles y apartamentos, «nos hemos encontrado con casos puntuales de clientes que lanzan sillas a la piscina desde los balcones, se bajan los pantalones en zonas públicas o vacían extintores».

Este turismo 'gamberro', mayoritariamente británico, llega aprovechando ofertas de mayo, junio, julio o septiembre. «Igual que los hoteleros expulsamos a los que no acatan las normas internas, la policía debería responder con ellos con la misma contundencia en la calles, sin tolerar las acciones de unos pocos que perjudican a la mayoría».

En la Plataforma Contra el Ruido están convencidos de que el Ayuntamiento de Benidorm «ha reducido el listón de la vigilancia». Así lo denunció ayer su portavoz, Francisca Fuster. «Antes llamabas a una patrulla que se bautizó con el nombre de Lima y rápidamente llegaban con un medidor y comprobaban si, en efecto, el volumen estaba desfasado. Desde hace un año, este servicio se ha eliminado», lamentó.

Según describen los miembros de la asociación vecinal, el número de policías locales es «insuficiente» para atender el aluvión de personas que llegan en verano. «Hacen pasadas por algunas zonas, pero pensamos que es necesario un mayor control y que el ayuntamiento establezca patrullas fijas en las zonas más conflictivas para evitar desfases».

Fuentes del consistorio de Benidorm admitieron ayer que el ruido en la calle se ha agudizado a causa de la ley antitabaco que impide fumar en los pubes, pero niegan cualquier pasividad en la aplicación de los límites de horario y volumen de los locales. «Para el primer problema ya se están buscando soluciones con el consenso de todos los afectados». En cuanto al sexo en la calle, «circulan fotos de dudosa verosimilitud pero Benidorm no es Magaluf y la policía actúa ante cualquier denuncia de exhibicionismo», destacó un portavoz. «También apelamos a la flexibilidad con el ocio pues hay muchos empleos en juego».

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