Los bomberos podrán ser requeridos en días libres ante el verano de más riesgo de incendios

Con todo y cuanto antes. Con la máxima rapidez y sin escatimar en medios. Esa es la consigna de este año ante la que bomberos, brigadistas y expertos forestales califican ya como «la temporada de incendios más peligrosa» de la historia reciente de la Comunitat, equiparable «o incluso peor» que el devastador 1994 de Millares (138.000 hectáreas) o el dramático 2012 de Cortes de Pallás y Andilla (50.000 hectáreas y tres muertos entre personal de extinción).

De los 11.000 efectivos incluidos por la Conselleria de Gobernación en el plan contra incendios forestales existe un grupo con mayor peso específico en la coordinación y respuesta: el Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia, dependiente de Diputación. A partir del domingo y hasta el 30 de septiembre, el organismo implanta un plan de refuerzo sin precedentes que pone de guardia a un 40% más de personal que en el resto del año e incluso permite localizar y activar a bomberos en su día libre ante grandes incendios forestales.

Detrás de estas medidas excepcionales están los peores indicadores internos que se recuerdan en el cuerpo provincial. Todas las alarmas han saltado, tanto las climáticas como las estadísticas de incendios de vegetación en lo que va de año. Así lo resume Salvador Ballesta, inspector jefe del Consorcio de Bomberos. «El número de fuegos registrados hasta la fecha en la provincia dobla al del año pasado y supera incluso a 2012, uno de los veranos más trágicos para el monte».

El climatólogo José Ángel Nuñez desgrana el gran peligro: «A día de hoy, el 60% de la Comunitat tiene el suelo muy seco. Las tormentas de estos días no han sido generales y sólo en el norte de Castellón han aliviado de alguna manera la sequedad del suelo». Vicente Aguiló, subdirector del Centro de Coordinación de Emergencias, estima que ante este panorama y si se suma el viento de poniente «bastan 20 o 25 minutos» para que un conato se transforme en un gran incendio fuera de capacidad de extinción.

Y para combatir el fuego con más agilidad y contundencia, los bomberos van a ampliar su personal de guardia tanto en la estructura de dirección como en los efectivos destinados en los parques. «Al equipo de mando que normalmente está de guardia en verano se le suma otro de apoyo» destinado a los 'cerebros' operativos contra los incendios forestales: los denominados PMA y el CECOPI. También se va a reforzar el personal de comnicaciones y apoyo informático. La inyección estival de bomberos llega también a los parques. «Habrá dos bomberos más por zona diariamente, lo que permitirá movilizar todas las autobombas forestales disponibles», describe Ballesta. Además, otros tres bomberos y un mando de cada zona deberán estar localizables para ser movilizados ante grandes incendios «para garantizar un refuerzo y relevos del personal», detalla Ballesta.

Este año, el despacho automático ampliado (la mayor movilización inicial de aeronaves, vehículos y efectivos) se activará con mayor inmediatez de lo habitual. Normalmente, ante el primer aviso de testigos al 112, se aguarda a una confirmación oficial sobre la magnitud del fuego. Este verano, si esa alerta corresponde a una zona de gran masa forestal en un día de alto riesgo habrá una respuesta inmediata sin espera de confirmación de al menos tres aeronaves de extinción, siete vehículos y unas 30 personas.