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Una carretera con densa circulación.
Seis años sin carreteras nuevas en la Comunitat

Seis años sin carreteras nuevas en la Comunitat

Las variantes de la Font de la Figuera y de Peñíscola-Vinarós, anunciadas en 2008, son los últimos viales licitados por el Ministerio de Fomento

Isabel Domingo

Lunes, 12 de mayo 2014, 21:17

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"Menos estudios informativos y más licitaciones. Fomento puede decir que hay que tener una biblioteca de proyectos pero es más prioritario que se reactiven algunas obras que necesitan una inversión mínima para sacarlas a licitación". La radiografía del director-gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunidad Valenciana (CCCV), Manuel Miñés, muestra la situación que vive la Comunitat, huérfana de carreteras nuevas desde el año 2008. En concreto, desde marzo, cuando Fomento licitó las variantes de la Font de la Figuera y de Peñíscola-Benicarló-Vinarós; carreteras que, curiosamente, son de las hoy que van "al ralentí", es decir, con anualidades aplazadas e insuficientes "para mantener un ritmo de obra eficiente", según consta en un informe elaborado por la CCCV y que está en manos de las instituciones que tienen voz y voto en las obras públicas: Conselleria de Infraestructuras y Ministerio de Fomento.

Seis años sin carreteras de nueva construcción y con siete proyectos en marcha pero con estados muy variados. Si las previsiones no fallan, habrá cuatro carreteras que estarán acabadas este año. La más conocida es la A-3, donde los conductores conviven con la señalización amarilla desde 2010 y cuyo devenir de parones y modificaciones en el presupuesto merece una película; también la V-21, donde se trabaja en el enlace de Port Saplaya en Alboraya y cuya ampliación estará lista seis años después de haberse iniciado; la variante de Benidorm y la ronda sur de Elche. A las dos que van a ralentí (Font de la Figuera y Peñíscola) se suma otra carretera totalmente paralizada, la variante de la N-332 Cullera-Favara. En este último caso, Miñés recuerda que tan sólo se ha ejecutado el 12,77% (unos 14,6 millones del presupuesto asignado) y que los Presupuestos Generales del Estado para 2014 mantienen como fecha de reinicio el año 2017. "Hay que reiniciarla ya", afirma.

Una situación similar vive el tramo de la Font de la Figuera de la autovía A-33, un nuevo vial con un coste cercano a los 95 millones y que quedó paralizado en 2010 con los recortes del entonces ministro de Fomento, José Blanco. Desde entonces estas obras han tenido idas y venidas de inversiones y alguna que otra "incoherencia". Según la Cámara de Contratistas, "el Gobierno tiene previsto ejecutar en diciembre de este año unos 47 millones y tiene pendiente un acta de suspensión temporal para los años 2015 y 2016. Es incoherente e inaudito que se paralice cuando el pasado enero se pusieron en marcha tres tramos de la misma autovía en la provincia de Murcia".

Los contratistas valencianos critican la falta de coherencia y planificación del departamento de Ana Pastor y ponen como ejemplo cuatro obras de la Comunitat que necesitan una inyección de apenas 56 millones para tener coches en circulación sobre su asfalto. "Deberían licitarse ya obras de escaso presupuesto, administrativamente resueltas (es decir, no requieren de impacto ambiental ni dotación económica para expropiaciones), económicamente muy rentables y muy solicitadas por los municipios", comenta el director-gerente de la CCCV. Entre ellas, la variante de la N-332 de Benissa (paralizada desde 2009 por la rescisión de contrato de la adjudicataria), "donde sólo falta voluntad política y 15 millones para programar su nueva licitación". También la conexión Vinarós-Ulldecona de la N-238 (unos 12,5 millones), el paso inferior de Xirivella para enlazar la V-30 y la A-3 (unos 13 millones) y la variante de la N-332 de Xeraco (16 millones).

"La ausencia de licitaciones tanto para carreteas nuevas como para obras pendientes de resolución no puede ocultarse aireando estudios informativos de obras futuras, que pueden tardar varios años, hasta cuatro, en colocar su primera piedra. Al margen de que se necesitan recursos económicos para ejecutar de verdad la obra", critica Manuel Miñés, que hace referencia a la reciente aprobación del expediente de la A-7 en el subtramo La Jana-Perelló, que requerirá de una inversión de 470 millones. O el estudio informativo del llamado tren de la costa entre Valencia-Alicante, con un coste de 1,3 millones, a los que suma los 49,84 millones de la duplicación de la variante de Gandia (7,6 kilómetros de la A-38). Sin olvidar los 288 millones del proyecto de ampliación del by-pass, que Fomento anunció el pasado mes de marzo.

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