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DÉNIA-CARCAIXENT Varias personas ven cómo parte el tren Dénia-Carcaixent. :: ARCHIVO MUNICIPAL DE DÉNIA
Una tierra  con aroma  a uva y azahar

Una tierra con aroma a uva y azahar

A principios del siglo XX, 10.000 vecinos de la Marina Alta emigran a Estados Unidos y Canadá por la epidemia de filoxera

BEATRIZ LLEDÓ

Sábado, 28 de marzo 2015, 00:17

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Desde 1866 esta tierra ha sido testigo de la construcción de puertos, de las líneas ferroviarias a Valencia y Alicante, de una emigración masiva a Estados Unidos, de la llegada del turismo y de otros hechos históricos que le han otorgado el marcado carácter que hoy conserva.

¿Qué ocurre en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX? En este periodo se sientan las bases para el desarrollo de la comarca, con mejoras en el transporte y las infraestructuras. «Por ejemplo, en la ciudad de Dénia se produce la construcción del puerto y los enlaces ferroviarios a Valencia y Alicante. A nivel económico la pasa, la naranja, el juguete y el cemento trajeron la riqueza y el aumento de población», explica Rosa Seser, archivera municipal de Dénia.

La economía de la Marina se sostiene por el cultivo y comercio de la uva pasa. Aunque su elaboración se remonta a la época de los romanos y experimenta un gran crecimiento en la andalusí, es en el siglo XIX cuando alcanza su máximo esplendor. El cénit llega en las últimas décadas del siglo XIX. ¿Por qué? «El brote de filoxera en Málaga hizo de Dénia la única proveedora peninsular de pasa. Por otro lado, se produce un gran aumento de la demanda con la aparición de nuevos mercados, no sólo el inglés, sino también el danés», explica el historiado Francesc Monjo.

La producción y comercio de la pasa constituye el elemento catalizador de la economía y de la vida de la Marina Alta durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Los principales núcleos productores de uva pasa se llenan de almacenes de pasas que dan trabajo temporal a miles de mujeres de la Marina y la Safor. Toda la zona se transforma con el cultivo de la viña. El 40 % de la población se traslada a vivir al campo y el espacio rural se llena de riuraus, soportales cuya misión consiste en proteger la uva escaldada del rió y de la lluvia y conservar la uva.

La Marina Alta se convierte en una zona de monocultivo (salvo el trigo en Xàbia y el arroz en la marjal Pego-Oliva). La exportación de vino resulta una fuente importantísima de ingresos y está estrechamente ligado al crecimiento financiero e industrial valenciano del primer tercio del siglo XX. La impronta de esta actividad económica es tal que tres empresas se lanzan a publicar, entre 1900 y 1913, postales que retratan la «confección de la pasa».

Los turistas británicos y franceses que visitan la zona se las envían a sus seres queridos así como los marineros ingleses. Pero la plaga de la filoxera, la Primera Guerra Mundial y la competencia de la pasa sellan su decadencia. De este ingente comercio nace una burguesía que levanta sus viviendas, como las ubicadas cerca de la iglesia de Xàbia o las del carrer Engrenyó y Major. El hundimiento de la pasa dará alas a la naranja que había empezado a cultivarse en la comarca alrededor de 1875. En la década de 1870 tiene lugar un hecho que marcará el devenir urbanístico de varios municipios de la comarca: el derribo de las murallas. Entre 1873 y 1876 se echan abajo las fortificaciones de Dénia y se amplía la ciudad. Lo mismo ocurre, por ejemplo, en Xàbia. Una vez derribadas las murallas en 1873, comienza un ensanche hacia el puerto y la plaza del Convent. En esta etapa se construye el teatro de Xàbia, llega el alumbrado, el cable telegráfico, varias fuentes y la Aduana del Mar.

Otro año determinante es 1884. La llegada del ferrocarril a vapor entre Carcaixent y Dénia permite enlazar con Valencia y el mundo. Es obra del marqués de Campo. Este tren se cierra en 1974 y desde hace años se pide la recuperación del enlace con Valencia, cortado sólo por una veintena de kilómetros desde Gandia.

Puente del Mascarat

Hasta la segunda mitad del siglo XIX, los caminos que comunican los pueblos de la comarca son de herradura. Vías peligrosas, estrechas, por las que apenas pueden ir caballerías cargadas. Tan sólo existe la carretera de Alicante a Altea, finalizada en 1862. En la década de 1880 concluye la carretera de Alicante a Valencia por la costa, el principal corredor de La Marina. Además, en 1889 se acaba el puente y los tres túneles para atravesar el Mascarat, un obstáculo natural, que hasta entonces obligaba a los viajeros a pasar por el Collado del Calpe, una senda intransitable. Esta construcción supone el fin de aislamiento de la comarca. Y resulta clave para el desarrollo económico y social tanto de la Marina Alta como la Marina Baja.

Pese a todo, el trayecto de Altea a Benissa sigue costando cinco horas. Otra gran infraestructura es la construcción del puerto moderno de Dénia, que arranca una década después, aunque las obras sufren numerosos retrasos por intereses económicos y políticos.

«Entre 1905 y 1924 se produce en toda la comarca una gran emigración a los Estados Unidos y Canadá debido a la filoxera que mata las cepas», explica Seser. Una epidemia que hunde la producción de pasas. Los agricultores afectados se marchan a estos países conocedores de que allí se necesita en ese momento mano de obra para el ferrocarril, las carreteras, las fábricas y las minas. Los valencianos, a diferencia de gallegos, vascos o asturianos son emigrantes de ida y vuelta. Regresan a La Marina al cabo de unos años. Los datos hablan de 15.000 emigrantes en dos décadas, procedentes de la Marina y también de l'Alcoià, el Comtat, la Safor y otras comarcas. De ellos, unos 10.000 son de la Marina Alta.

El 28 de octubre de 1914 entra en funcionamiento el Trenet de la Marina, el ferrocarril de vía estrecha que une Alicante y Altea. Al año siguiente se inaugura el tramo entre Dénia y Altea, que facilita la llegada de los primeros veraneantes durante la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, este nuevo medio de transporte ha de competir con el de los carros, que hacen desplazamientos de corto y largo recorrido y resultan más barato ya que el ferrocarril cuenta con gastos de carga y descarga de mercancías. En estos años, el trenet se encarga, por ejemplo, de transportar los adoquines confeccionados en las canteras del Clot y de Calçes en Altea la Vieja. A principios de los 40 se factura sal de las salinas calpinas transportada también en carro hasta el tren con destino Alicante en sacos de 80 kilogramos.

La Guerra Civil supone, como en el resto de España, un episodio que marca su historia. La Marina Alta fue una de las últimas geografías en caer en manos de los vencedores. Durante las últimas jornadas de marzo del 39, en el ocaso de la batalla, decenas de integrantes de organizaciones republicanas políticas, militares y sindicales se exilian a África y Francia.

Tras los duros años de la posguerra, las siguientes décadas llevan a una expansión. El turismo, la hostelería y la construcción empiezan a despegar.

A partir de los años 60 aumenta el turismo hasta convertirse en el sector predominante. La actividad turística en Xàbia arranca en 1969 con la construcción del Parador Nacional, el único de la Costa Blanca. También en esta década crece de manera exponencial el turismo en Calpe y en Teulada-Moraira. En esos años llegan a Dénia las primeras oleadas de turistas europeos, sobre todo, franceses. A ellos se sumarán alemanes y suizos, que empezarán a adquirir viviendas vacacionales que se convertirán en su segunda residencia cuando se jubilen. Aunque, sin duda, Benidorm representa el paradigma del turismo de masas y empieza una urbanización vertical.

Mientras, Altea se convierte en pueblo de artistas. Entre las décadas de los 70 y los 90 acoge a pintores, diseñadores, escultores, ceramistas y escritores venidos de todos los rincones del mundo, tales como los pintores alemanes Eberhard Schlotter y Jens Rusch, y artistas y escritores españoles tan conocidos como Antonio Gades, Rafael Alberti, Vicente Blasco Ibáñez, Benjamín Palencia.

Otros hechos importantes de la comarca son la construcción de la Autopista del Mediterráneo y el comienzo de la actividad de la línea de embarcaciones que une Dénia con Ibiza en el verano de 1980. Actulmente es la línea Balearia la que opera este trayecto y dispone de una nueva terminal en el puerto.

En 1985 se crea el Instituto Comarcal de la Marina Alta, que sigue en activo con más de 600 socios y en 1994 se crea la MACMA, Mancomunitat Cultural de la Marina Alta.

Con los años, la Marina se ha ido consolidando no sólo como destino de sol y playa, sino como turismo residencial. En los municipios costeros de Xàbia, L'Alfàs del Pi, Calpe y Teulada-Moraira predominan los complejos residenciales en vivienda unifamiliar. La calidad de vida, las comunicaciones, la atención sociosanitaria y el paisaje son determinantes para el asentamiento de un gran número de residentes mayoritariamente del centro y norte de Europa.

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