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Varias personas atraviesan el antiguo puente entre Paterna y Manises.:: LP
Paterna, la villa que vio volar el primer avión en España

Paterna, la villa que vio volar el primer avión en España

La canalización de agua y el alumbrado público, la llegada del ferrocarril, el puente de Manises y el polígono Fuente del Jarro son algunos de los avances que han forjado la gran ciudad actual

BEATRIZ LLEDÓ

Sábado, 28 de marzo 2015, 00:18

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El 5 de septiembre de 1909 el piloto valenciano Juan Oliver hace historia al volar en Paterna el primer biplano a motor. El avión recorre en el aire unos 40 metros a un velocidad de 60 km/h. Levanta una gran expectación y concentra «a unos 4.000 hombres y mujeres», según describe la crónica de LAS PROVINCIAS sobre este acontecimiento, que se produce en el contexto de la Exposición Regional de Valencia. No es el único hecho histórico que ha llevado al municipio a tocar el cielo. En 1883 y 1923 recibe la visita de Alfonso XII y Alfonso XIII, respectivamente. Ya en el siglo XX, en la década de los 60 y 70 empieza su actividad el polígono industrial Fuente del Jarro, el que tiene más dotaciones de toda la Comunitat y atrae a un gran flujo de trabajadores.

Durante la segunda mitad del siglo XIX los habitantes de Paterna viven, en su mayoría, de la agricultura. La tasa de analfabetismo, al igual que en el resto de España, ronda el 75%. Los pocos niños que aprenden a leer y escribir lo hacen en casas particulares alquiladas. Es a final de esta centuria cuando se construyen las Escuelas Nacionales en la plaza. La pobreza es generalizada. El 35% de la población vive en las cuevas, unas humildes viviendas que llegarán a ser muy características del municipio.

Poco a poco, llegan mejoras para los paterneros. En 1866 se canalizan las aguas desde el Barranco de la Fuente (en el actual polígono) hasta la plaza del pueblo, que cuenta con 565 vecinos. En 1881 se construye el nuevo ayuntamiento, como consecuencia de las demandas sociales, económicas y políticas. «Dos años después el rey Alfonso XII visita la población para supervisar las obras del campamento militar», relata el cronista municipal, Camilo Segura.

En 1888 entra en funcionamiento la línea de ferrocarril Valencia-Llíria, con parada en el barrio de Campamento, lo que supone una auténtica mejora en la comunicación. Y una década más tarde se inaugura el alumbrado público con lámparas de diez bujías. A punto de concluir el siglo, Paterna cuenta con 3.500 habitantes y una esperanza de vida de 50 años con una elevada mortalidad infantil.

Durante las dos primeras décadas del siglo XX, hasta la Gran Depresión americana de 1929, se afianza un sistema de producción artesanal, industrial y del sector servicios. Paterna cuenta ese año con 4.674 habitantes. «Los carros de transporte acaparan la mayoría de licencias por actividad comercial, con más de 50. También hay 12 tabernas, cuatro cafés de 0,20, nueve tiendas de comestibles y carnes frescas, seis de ultramarinos, tocino y embutidos, seis de carbonerías y otras seis de abacerías», enumera Segura.

La actividad industrial se centra en los molinos y en la venta de agua a las poblaciones próximas y a Valencia. Para reforzar estos trabajos se invierte en infraestructuras, como la carretera de Valencia por Benimámet, y la de Llíria. A finales de la década se proyecta la conexión con Manises. Pese a todo la agricultura continuará siendo primordial hasta los años 60.

El 12 de mayo de 1923 el rey Alfonso XIII visita Paterna. «Los preparativos para la visita real comenzaron un mes antes. Se usó una apisonadora de vapor para allanar los paseos de Regina Regente y Primo de Rivera, se contrató la Banda de Liria 'Unión Musical' para amenizar los festejos y se engalanó con banderas, telas y gallardetes el recorrido real», describe el cronista oficial.

En 1924 se inaugura la nueva estación de Campamento, obra del arquitecto Francisco Mora. Este edificio supone un hito arquitectónico que refleja la etapa de modernidad que vive la Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia.

En esta década los paterneros cuentan con salas de ocio como el Gran Teatro, el Teatro Nuevo y el Benlloch. Las fiestas perduran a lo largo del tiempo superando obstáculos y problemas. La principal es la dedicada al Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer, aunque las patronales de la parroquia son las de San Pedro.

Tras el duro periodo de la Guerra Civil, a principios de los años 40 entra en funcionamiento el puente entre Manises y Paterna sobre el río Turia. Hasta entonces, para llegar de una orilla a otra se habían utilizado «rudimentarias pasarelas» y una «barqueta que vadeaba a principios del siglo XX el lecho fluvial, tenazmente conducida por Vicente Flors 'el Codony'», explica Segura. La infraestructura (reformada después en varias ocasiones) supone una solución para «decenas de paterneros que buscaban el sustento para sus familias en las fábricas de loza de Manises y para los maniseros que acudían a los actos festivos y religiosos de nuestra Villa», comenta el cronista.

Entre los años 60 y 70 nace y se desarrolla el polígono industrial Fuente del Jarro. La industria se convierte en el pilar fundamental de la economía de la localidad. Además, se genera un importante flujo de inmigración debido a la elevada demanda de trabajo que genera el polígono. «Este espacio es un referente en el proceso de industrialización en tierras valencianas. Es un enclave empresarial de primera magnitud peo también posee una gran significación simbólica para los paterneros ya que en el siglo XIX acudían a ese paraje, con la fuente del jarro estampada en su pilastra, familias enteras a pasar los fines de semana y la Pascua», recuerda Segura.

La torre y las cuevas

En 1971 la torre de Paterna y las cuevas que la rodean son declaradas Monumento Histórico Artístico de interés local. En 1945 se llegan a contabilizar 509 construcciones bajo tierra, aunque en las siguientes décadas se van abandonando. En 1997 se produce la segregación del término municipal de San Antonio de Benagéber.

Ese mismo año se inaugura el cohetódromo, el recinto habilitado para disparar los cerca de 65.000 cohetes en apenas 25 minutos que se disparan en La Cordà, celebrada la madrugada siguiente al último domingo de agosto, y que en 2007 es declarada Fiesta de Interés Turístico Autonómico.

En las últimas décadas, Paterna se ha convertido en un importante núcleo industrial y de servicios a través de los diferentes polígonos industriales que culmina con la creación del Parque Tecnológico destinado a los últimos avances en tecnología. Además, el municipio de l'Horta ha ido adquiriendo una gran importancia en el sector servicios gracias a su extenso término municipal que incluye numerosas áreas residenciales como la Canyada, Terramelar, la Coma, la Creu de Gràcia i Mas del Rosari, Lloma Llarga y Valterna.

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