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La desalinizadora de Torrevieja funciona al 25% pese a costar 300 millones

La desalinizadora de Torrevieja funciona al 25% pese a costar 300 millones

La instalación no podrá entrar en pleno rendimiento hasta que se construya una conexión de 52 kilómetros con Valdelentisco

Juan Sanchis

Valencia

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Viernes, 20 de octubre 2017, 01:38

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Nuevos obstáculos para la desalinizadora de Torrevieja. La odisea de la que fue en su día bandera del Programa Agua, diseñado por el Gobierno de Zapatero para sustituir al trasvase del Ebro, continúa. Pese a la situación de sequía, diez años después del inicio de su construcción y tras una inversión cercana a los 300 millones de euros, la planta aún tardará un plazo indefinido para tener capacidad de producir los 80 hectómetros cúbicos anuales para la que fue diseñada, ampliables a 120.

En estos momentos la desalinizadora funciona al 25% de su capacidad total con una producción de unos 24 hectómetros cúbicos.

Por un lado, todavía no están terminadas las obras de la instalación eléctrica precisa para alcanzar el máximo nivel de producción. Pero más grave aún es que todavía no se ha construido la conexión de 52 kilómetros entre la planta de Torrevieja y la de Valdelentisco en Murcia.

Así lo denuncian los regantes. José Antonio Andújar, presidente de la Federación de Regantes de la Comunitat Valenciana (Fecoreva), indicó que esta obra es totalmente necesaria, y así estaba concebida en el plan inicial, para enviar 38 hectómetros cúbicos a los regantes de Murcia.

21.000 hectáreas de cítricos en la Vega Baja se encuentran en situación de emergencia

En estos momentos, el agua que está produciendo la planta, se envía al embalse de La Pedrera con lo que, según Andújar, se está produciendo un grave problema para los regantes por la alta concentración de boro que acumula el agua desalada.

La presencia de este mineral impide que el agua pueda ser empleada para regar los campos de cítricos de la Vega Baja porque los seca. En cambio, sí que sirve para las hortalizas.

Andújar explicó que el agua desalada necesita ser mezclada con la procedente de ríos y embalses o ser tratada químicamente para emplearla en la agricultura. «Hay que mineralizarla, porque en caso contrario no sirve para regar los cultivos», puntualizó.

De esta forma, señaló el presidente de Fecoreva, la conducción con Valdelentisco es fundamental para que la planta pueda funcionar a pleno rendimiento, ya que permitirá que se produzca esta mezcla del agua producida por la planta de Torrevieja con otra procedente de ríos y pantanos y abastecer a los agricultores de la margen derecha.

El agua desalinizada sólo puede usarse para regar si se mezcla con agua de riego o se mineraliza

Según explicó Andújar, los regantes están presionando al Ministerio de Medio Ambiente para que incluya estas obras como urgentes en las actuaciones previstas en la prolongación del decreto de sequía de la cuenca del Segura.

La planta de Torrevieja comenzó a construirse en febrero de 2007 y no empezó a funcionar hasta fines de 2014. Con ello perdió una ayuda de 55 millones de la UE que ahora el Gobierno intenta recuperar.

Peligro para los cítricos

Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante alertó ayer, según recoge Europa Press, de que las cosechas de la comarca de la Vega Baja han entrado en situación de emergencia por falta de agua y están en peligro 21.000 hectáreas de cítricos y casi 8.000 de hortícolas.

Según han incidido, ya no pueden regar y dependen de que se produzcan precipitaciones en las próximas semanas que eviten «la pérdida de los cultivos y el descalabro económico». Todo como consecuencia del cierre del trasvase Tajo Segura el pasado mes de mayo y las «nulas perspectivas» de que se active.

A juicio de los agricultores, el nuevo año hidrológico arranca marcado por una situación de «incertidumbre y emergencia muy preocupante» para el sector agroalimentario de la Vega Baja.

En ese sentido, han subrayado que se sucede el tercer año de «grave sequía», que se suma al cierre del trasvase Tajo Segura y a las escasas posibilidades de que se active durante el invierno. Con todo, a su modo de ver, «los agricultores están en una difícil encrucijada que en estos momentos sólo puede mitigarse si llueve.

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