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Canal y edificio de la elevación de Sivaes, una de las cuatro que tiene Nuevos Riegos El Progreso.
Regantes al rescate de El Progreso

Regantes al rescate de El Progreso

Los usuarios se harán cargo de la centenaria entidad al caducar la concesión de agua y desistir la compañía

Gaspar Macià

Domingo, 15 de enero 2017, 01:00

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Nuevos Riegos El Progreso, la entidad que inició en 1910 (aunque su constitución data de cuatro años antes) la transformación de la agricultura ilicitana, con el primer proyecto de elevación de agua para regadío en el Camp d'Elx, está inmersa en un cambio histórico. En septiembre pasado finalizó la concesión de caudales a la compañía, que no está interesada en renovarla. Ante esta tesitura, los regantes han decidido hacerse cargo de la venta de agua y de la gestión de toda la red, que da servicio a más de 13.000 hectáreas en Elche, y otro millar más distribuido entre Santa Pola, Guardamar y San Fulgencio.

Será la segunda ocasión en que los regantes se harán cargo de una compañía ilicitana de riego. En 1976 ya asumieron la gestión de Riegos de Levante (izquierda del Segura), ante la inviabilidad de la compañía. Pero en esta ocasión no se trata de un rescate ante una emergencia económica.

El 23 de septiembre pasado finalizó la concesión de 99 años otorgada por el Gobierno a la Sociedad Nuevos Riegos El Progreso SA para elevar, vender y distribuir agua desde varios azarbes de la Vega Baja. «No tenemos interés en mantener la concesión, y así se lo comunicamos a la Confederación Hidrográfica del Segura», explica su presidente, José Sepulcre Fuentes. «Esa actividad nunca ha sido un negocio para nosotros, tiene muchos gastos y al final de cada ejercicio, nos podíamos dar por satisfechos si no teníamos pérdidas», añade.

Esta argumentación se entiende por el hecho de que el verdadero negocio de Nuevos Riegos El Progreso es el salto de agua para la producción de energía eléctrica que posee desde 1926 en el río Segura, en el paraje Hoya de García (Cieza, Murcia), además de la participación en otro situado en el término de Calasparra. Actividad que la compañía mantendrá, según indicó Sepulcre.

Ante la perspectiva de que la renuncia por parte de la empresa a prorrogar la concesión del agua provocase la pérdida de estos recursos hídricos y de la centenaria infraestructura hidráulica de El Progreso, la nueva directiva de la comunidad de regantes elegida en agosto pasado, y encabezada por Pascual Serrano, se reunió con los directivos de la compañía.

Del encuentro salió el acuerdo de que los regantes se harán cargo de la venta y gestión del agua y del mantenimiento de la red, que la compañía les traspasará, así como del personal para tales tareas. «No tenemos inconveniente en seguir vendiendo agua hasta que la comunidad de regantes se haga cargo. Entendemos que se trata de un servicio público que no se puede cortar de un día para otro», explica José Sepulcre, quien confía en que este periodo de transición «no se prolongue demasiado».

La circunstancia de que la mayor parte de la zona regable de El Progreso en el término ilicitano se solapa con la de Riegos de Levante (creada en 1918), así como con El Porvenir (1921) en La Marina y El Molar, llevó a que antiguos dirigentes de la comunidad y no pocos regantes barajasen la posibilidad de que la entidad decana fuese absorbida o se fusionase con ellas en sus respectivas zonas.

Sin embargo los nuevos responsables rechazan esa opción y apuestan por revitalizar Nuevos Riegos El Progreso y recuperar el papel histórico que ha tenido como motor de la agricultura ilicitana. La directiva ha comunicado ya a la confederación su intención de que los usuarios se hagan cargo de la elevación, venta y distribución del agua, así como de las instalaciones, en régimen de comunidad de regantes, constituida por la propia compañía en 1975. En la actualidad cuenta con un censo de 3.751 comuneros y 7.300 hectáreas, la mitad del área regable.

La comunidad ha solicitado también a la CHS que le renueve la concesión de agua, establecida en 1.000 metros cúbicos por segundo (aunque se está elevando como máximo 400), actualmente en fase de prórroga, para hacerse cargo del servicio. El nuevo presidente, Pascual Serrano (que está también al frente de la Associació per al Desenvolupament Rural del Camp d'Elx, ADR), está convencido de que El Progreso tiene futuro. «Muchos agricultores han visto que esta agua va muy bien para determinados cultivos, como almendros, granados, alcachofas, palmeras, patatas... y, además, puede resultar más barata y competitiva», añade.

Prueba de que este suministro sigue contando para los agricultores es que en 2012 se vendieron 12.418 horas de agua y que el año siguiente fueron 14.122., un repunte que se mantiene, según destaca Serrano.

Mejoras

El objetivo de la directiva es completar el periodo de traspaso en el plazo de un año. En este tiempo no solo se realizarán los trámites legales de traspaso de las instalaciones a la comunidad sino que se trabajará en buscar fórmulas que garanticen la viabilidad futura de la entidad.

Una de las actuaciones prioritarias para la nueva etapa será «mejorar las cuatro elevaciones con energías renovables y tecnologías modernas», que comportará un «notable ahorro energético y, por consiguiente, un abaratamiento del precio del agua». Respecto a la red de canales, que se encuentra n muy deteriorados y soportan elevadas pérdidas, la intención es instalar tuberías de presión sin modificar las actuales conducciones.

Para llevar a cabo estas y otras actuaciones previstas por la nueva junta -además de atender el mantenimiento de la red y los costes salariales de los empleados- la comunidad necesitará unos recursos económicos de los que no dispone. ¿De dónde saldrán? «Vamos a tratar de conseguir ayudas europeas de los programas de modernización de riegos y ahorro de agua, que no se han recogido nunca», señala Pascual Serrano.

También recurrirán a las administraciones españolas en busca de ayudas para mejoras en la eficiencia de regadíos. Entre ellas el propio Ayuntamiento ilicitano, que según indica el presidente, «tiene interés en utilizar nuestras elevaciones con carácter turístico y medioambiental».

Otra fuente de financiación serán los propios comuneros. La nueva junta quiere dirigirse a todos los propietarios de tierras dentro de la zona regable de la entidad, tengan carné de regantes o no, para pedirles apoyo. «Durante estos cien años El Progreso ha propiciado el desarrollo de la agricultura y ha significado riqueza. Es un patrimonio de todo el Camp d'Elx y es tarea de todos que no se pierda», apunta Serrano.

En este sentido, se pedirá a los propietarios de terrenos una aportación de dos euros por tahúlla (20 por hectárea). «Es una cantidad modesta, que no se ha pedido nunca», matiza el presidente. El objetivo es conseguir al menos 100.000 euros con los que la comunidad pueda hacer frente a los gastos cuando asuma la gestión (reparaciones, electricidad, sueldo del único trabajador en plantilla y de los contratos eventuales, etc.). Todo ello mientras se gestionan otros ingresos de organismos oficiales.

Quienes abonen esta cantidad «se garantizarán el derecho a riego, aunque ahora no lo utilicen. Si alguien renuncia, incorporaremos nuevas parcelas». Serrano explica que su intención es crecer hacia la ciudad, donde existe demanda.

Estos planes se someterán a la aprobación de la asamblea de comuneros que tendrá lugar el sábado 21 de enero, a las 9.00, en el colegio de Asprillas. Una reunión que marcará el punto de partida de la nueva Comunidad de Regantes Nuevos Riegos El Progreso.

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