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CRÍTICA DE CINE

Excesivos giros narrativos

La sensación que se instala en el que concurre a visionar este filme es el agotamiento, ya que esa búsqueda de la sorpresa que debería devenir en fascinación se convierte en tedio

Jaime Crespo

Viernes, 13 de enero 2017, 07:54

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La infidelidad en el matrimonio es un tema que se ha tratado miles de veces, tanto por vía literaria como en el cine. El realizador de esta película, Oriol Paulo, confesó que el proyecto de esta historia le vino por su afición a los relatos policíacos y al recuerdo que tenía del film de Bardem, 'Muerte de un ciclista', porque lo peor que puede pasarles a unos amantes es tener un 'Contratiempo', título de este filme, por culpa de un accidente.

Para nada interesados en las consecuencias sociales y anímicas que podían sucederles a los personajes de esta trama, encarnados por Mario Casas y Bárbara Lennie, los autores de este argumento lo que han buscado es sorprender al público con los diversos giros narrativos que va tomando la historia mientras sus imágenes van desfilando por la pantalla.

Si en un principio el espectador se encuentra atrapado por lo que le ofrece el guión de este thriller, creyendo una primera interpretación de los hechos, cuando una experta abogada visita a un cliente para que éste le cuente la verdad de lo que sucedió aquella noche fatídica que acabo con un crimen, no tardará mucho en sentirse agotado por los excesivos giros narrativos que va tomando el relato.

Porque no son solamente dos las interpretaciones acerca de quién es el verdadero culpable del crimen, que, en cierta forma, pudieran hacer creíble esta crónica delictiva sino que son muchos los caminos que va tomando la narración en la que quedan implicados otros dos personajes, los cuales terminan por tener el verdadero peso de una acción que empieza en un accidente de carrera y concluye con resoluciones bastante arbitrarias, añadiendo variaciones donde la casualidad y la inverosimilitud se hacen muy patentes.

La sensación que se instala en el que concurre a visionar este filme es el agotamiento, ya que esa búsqueda de la sorpresa que debería devenir en fascinación se convierte en tedio, a lo que hay que añadir la sensación de que no nos creemos los acontecimientos que van sucediéndose en la pantalla. Nos queda un drama trágico, donde las artimañas de un potentado protegido, tratándose de librarse de la justicia, acaba siendo derrotado por la inteligencia aunque las vueltas de tuerca para llegar a esa resolución se encuentren desmesuradas.

Los intérpretes hacen lo que pueden para que la trama interese en una película que, eso si, tiene una brillante escenificación donde lo que fallan son sus ingredientes. Puede que, con el tiempo, Oriol Paulo consiga un buen filme cuando se despoje de propuestas tan embrolladas.

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