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Algunas de las bicicletas en las que trabajan los alumnos de Salesianos.
Pedaleos hacia las sonrisas

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Alumnos del colegio San José Artesano reparan bicicletas para entregarlas a niños con pocos recursos en el proyecto Bicis Solidarias

JOSÉ LUIS LARROSA

Lunes, 9 de enero 2017, 00:52

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Los alumnos de Formación Profesional Básica (FP) de Mantenimiento de Vehículos del colegio Salesianos San José Artesano, ubicado en la carretera de Matola, se encargan de arreglar y acondicionar bicicletas viejas y en desuso donadas por sus propietarios para el proyecto Bicis Solidarias. Una iniciativa del centro que ha entregado casi 170 bicicletas a personas con recursos limitados entre las cinco ediciones que se han realizado, según informa el coordinador de la iniciativa, Pedro Moreno.

Bicis Solidarias consiste en recoger bicicletas «que la gente ya no usa, se les han hecho viejas, están rotas o se les han quedado pequeñas a los niños», para arreglarlas. Después, cuando «estén preparadas o cuando finalice el curso», se entregan «a quien lo necesite y en distintos sitios». De esta forma, los alumnos de primero de FP de vehículos «aprenden a lijar, soldar, pintar y cambiar piezas» con esas bicicletas, señala Moreno.

«Qué mejor que aprenderlo en algo que después tenga una utilidad que no que aprendas a hacerlo en dos trozos de hierro o de chapa que luego van a ir a la basura o a la chatarra», añade Moreno.

Este es el curso consecutivo que se realiza el programa y, a través de parroquias, asociaciones y alguna ONG, se han entregado bicis en distintos puntos del país, e incluso del extranjero. «El año pasado, aprovechando un contenedor de la ONG Kasumai, dimos más de 20 bicis a un colegio de Guinea Bissau, en África». El coordinador destaca que «el primer año llevamos 30 bicicletas a Granada por Aldeas Infantiles».

Asimismo, explica que además han colaborado con Cruz Roja, Cáritas y la Casita de Reposo, y «con personas que han solicitado la bici para ir a trabajar». Sin embargo, la intención del coordinador es que «los propios alumnos sean quienes entreguen las bicis a los beneficiarios», para que así «vayan adquiriendo valores de solidaridad y no sólo contenido curricular».

Durante el pasado año entregaron dos bicicletas a unas chicas venezolanas del Club Balonmano Elche para poder ir a entrenar y al colegio, declara el coordinador. Por ahora «estamos arrancando con la campaña de recogida de bicis», indica. Mientras, añade que los alumnos están fabricando caballetes para colocarlas encima y hacer más cómodas las reparaciones. También han preparado una decena de bicis que les pidió «nuestra parroquia de los Desamparados para entregar en los Reyes Magos».

La campaña de recogida la realizan a través de redes sociales, como en su entrada de Facebook Bicis Solidarias Salesianos, del 'boca a boca', de la página web del centro y de «cartelería, que realizan los alumnos de plástica». Pueden entregarlas en el centro o quedan con los donantes en algún punto para pasar a recogerlas con la furgoneta del colegio.

Moreno señala que la parroquia de los Desamparados realiza una fiesta con merienda, cuentacuentos y, además, asisten los alumnos para entregar las bicicletas «a los críos que van con sus padres». Se convierte en un momento «muy bonito porque salen recompensados de ver que el trabajo que han hecho a lo largo del curso se destina a la felicidad de un niño».

También utilizan la ayuda de unos técnicos sociales que dan charlas a los alumnos sobre a quién van dirigidas las bicis, «con el objetivo de sensibilizarlos con la problemática social que hay en el mundo».

El sistema con el que trabaja el colegio recibe el nombre de Servicio-aprendizaje, que busca «ese doble o triple sentido»: que los escolares aprendan, se formen en valores y así puedan dar un servicio a la sociedad, valora Moreno.

Ochenta alumnos

Los integrantes del proyecto Bicis Solidarias son los alumnos del primer curso de la FP de Mantenimiento de Vehículos, con edades de 15, 16 y 17 años, que «no tienen la ESO y cogen esta rama para formarse y aprender un oficio». Son un total de 17 alumnos en la clase, pero ya han pasado cerca de 80 por el proyecto, apunta Pedro Moreno.

Una gran ayuda que recibe la iniciativa viene de la Fundación Pascual Ros Aguilar, que le aporta el dinero necesario para comprar piezas y materiales como la pintura, declara el coordinador. Además, añade que la tienda de Bicicletas Galo, ubicada en el barrio del Toscar, «nos echa una mano para seguir adelante dejándonos precios muy ventajosos para los recambios».

Asimismo, tienen puesta la mira en otros proyectos similares que puedan permitir seguir con el método de aprendizaje-servicio, utilizando la gerontogimnasia, gimnasia para las personas mayores. Moreno dice que ya han ido a «algún parque, metro en mano, para estudiar esos aparatos que ponen para hacer ejercicio».

Su intención, según Moreno, es fabricarlos en los talleres del colegio para después entregarlos al Asilo de ancianos o a alguna asociación que atienda a personas mayores, «pero aún hay que darle forma», agrega.

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