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Fernando Amat
Viernes, 16 de diciembre 2016, 01:43
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Las posturas siguen enfrentadas, más que hace nueve meses. El tripartito insistió ayer en retirar la Cruz de los Caídos, como asegura que le obliga la Ley de La Memoria Histórica mientras que la Plataforma de Apoyo a la Cruz argumenta que se trata de un símbolo religioso. Tras el revuelo del miércoles, con distintas manifestaciones a favor de la Cruz o de su retirada, la Plaza de España estuvo ayer en calma. No hubo movimiento ciudadano pero sí trabajo en los despachos, donde se buscó la forma de eliminar uno de los últimos iconos de la posguerra en la Vega Baja.
La decisión del tripartito ha abierto heridas supuestamente cerradas y ha provocado una lucha ideológica, como se pudo comprobar con la presencia de seguidores de la Falange que discutieron con simpatizantes de Izquierda Unida la noche del pasado miércoles.
La reunión entre el alcalde, Francisco Maciá, y los representantes de la parroquia de San Martín, acabó sin un acuerdo entre las partes. La decisión tomada por parte de los dirigentes del Ayuntamiento era la de llevar la cruz de mármol al cementerio a o un almacén para después buscarle un espacio de interpretación, a modo de museo, pero chocó con las pretensiones de los representantes de la Iglesia que quieren mantenerla donde está.
Los vecinos todavía no salían ayer de su asombro al ver el revuelo que originó la tentativa de traslado en la mañana del miércoles en los medios de comunicación. En comercios y bares se habló todo el día de la conveniencia de trasladar el símbolo cristiano, para unos, y político para otros. No pasó tampoco desapercibida la presencia de los agentes de Policía Local que guardaron la plaza ante la presencia de nuevas manifestaciones espontáneas. El cura párroco salió desencantado de la entrevista con el primer edil. La decisión del tripartito ya se había tomado y este solo espera el mejor momento para hacer efectivo el acuerdo plenario, tras tener a su favor una resolución de un comité de expertos designados por la Conselleria de Justicia.
La madrugada todavía fue más agitada que la mañana al aparecer un grupo de extrema derecha. El movimiento pro franquista quiso estar presente en la intentona de eliminar la Cruz de los Caídos, si bien para muchos callosinos no representa un símbolo relacionado con la Guerra Civil, sino un elemento adherido al monumento nacional de la iglesia de San Martín. Muchos no se explican por qué cuando se persigue conseguir la declaración de Bien de Interés de Cultural para el entorno de la plaza «se trata de eliminar la cruz de mármol».
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